Capítulo 1.

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—.¡Jess! ¡Jess! —Gritaba como loca por esos pasillos tan lleno de estudiantes en la universidad, mientras corría tras mi mejor amiga.
Había salido un poco más temprano de lo casual, así que decidí irme con ella. Mi día a día era de la universidad a la casa, y de la casa a la universidad. Claro, a veces faltaba a clases por no tener ganas de ir. Pero cuando venía, siempre era molesto, nunca faltaban esas personas que te criticaban, humillaban, en pocas palabras te trataban mal, y por eso solo tenía una amiga. Tampoco era chica de salir cada momento, ni andaba de fiesta en fiesta. Prefería pasar mi tiempo libre escuchando música, navegando por internet, leer los miles de libros que tenía, algo muy casual para una chica tan rara como yo.
—.¡Dios! ¡JESSIE EDWARDS! —Grité lo más fuerte que pude, tanto así, que las personas que iban pasando por mi lado, se quedaron viendo algo extrañadas, pero no les tome mucha importancia. De pronto siento que me tropiezo con alguien, y por el golpe tan fuerte que nos dimos, ambos caímos al piso.

.L-lo s-siento. —Dijo la persona que estaba sobre mi.

—.No pasa n.. —Le iba a contestar. Pero al alzar mi mirada, quedé perdida en esa mirada. Esa mirada tan hermosa que tenía. Era un chico, un chico con unos ojos color verdes muy claros, pero hermosos. Cabello castañoque tapaba un poco su ojo izquierdo. Por un momento quedé encantada con él, pero al instante volví en si.

—.No pasa nada. —Negué rápidamente frotando mi cabeza. Me había golpeado muy fuerte, y sentía mucho dolor.

—.Ven, te ayudo. —Me dijo aquel chico, levantándose de encima de mi para darme la mano, con una sonrisa de costado. Le sonreí de la misma manera, y me apoyé de su mano, tomando impulso para poder levantarme.

—.Muchas gracias, no te hubieses molestado. —Le dije un poco tímida, mientras sacudía un poco mi ropa, ya que tenía un poco de sucio.

—.Tranquila, linda. —Me guiñó el ojo y miró su reloj rápidamente.

—Disculpa, me tengo que ir. Será hasta pronto. —Hizo una mueca, y se acercó a mi dándome un pequeño beso en la mejilla, de despedida. Yo sólo me despedí con mi mano, y miré como se iba alejando.

—.Sí, hasta pronto. —Comenté para mí misma, dando un largo suspiro.

—.¡Niña! Pero tú no pierdes tiempo, eh. —Sentí la voz de mi amiga, atrás de mi, que hizo estremecerme y sacarme de mis pensamientos.

—.¡Jess, no hagas eso! —Le susurré, dándolo un leve golpe en su hombro.

—.El chico ese no estaba nada mal. —Me dijo divertida haciendo movimientos con sus cejas.

—.¡Silencio! —Le dije riendo, mientras me sonrojaba. Negué y le di un pequeño golpe en su frente.

—.Tontita. —Negó rápidamente. —¿Estás bien? —Me dijo en un tono preocupada.

—.Sí, sí, sí, estoy bien. Sólo que, me iré contigo, sabes que nunca llegamos juntas. —Le dije riendo un poco por su reacción.

—.Claro tonta, claro que puedes. Es nuestra casa. —Me dio un pequeño golpe en la frente mientras se reía negando. Yo sólo la miraba con cara de "Ya verás" y ella seguía riendo. Me tomó del brazo, para así dirigirnos a casa.
En el camino fuimos hablando de como estuvo nuestro día, las clases y todo eso. Hasta que por fin, llegamos a casa. Ella amablemente abrió la puerta y me dejó pasar.

—.Gracias, amiga. —Sonreí adentrándome, mientras dejaba mis cosas en la mesa. Y me senté junto a ella en el sofá.

—.Pero cuéntame. —Me dijo en un tono irónico. Sabía que traía algo en manos.
—.¿Te gustó el chico ese? ¿El de hoy?

Por un momento volví a acordarme de aquel chico. De su hermosa mirada. Su lindo cabello. Era muy hermoso. Di un suspiro, mientras sonreí embobada y me tiré en el sofá.

—.Eso responde todo. —Me dijo ella victoriosa. Y comenzó hacer movimientos con sus cejas, como la propia boba.

—.Ay Jess. Es que. —Pensé por un momento, y de nuevo di un suspiro.

—.Es que era tan lindo. Su mirada, no sé, me dio como una sensación especial, ¿Me explico? —Alcé una de mis cejas mientras que la veía con una gran sonrisa formada en mi rostro.
—.O quizás él sea el especial.

Y así pasamos toda la tarde. Hablando de aquel chico, al cual se que no podré volver a ver más, o eso suponía. Duramos horas y horas, hasta que llegó la noche.

—.Sí, amiga. Era muy lindo. —Me dijo ella en un susurro, mientras bostezaba tapando su boca.
—.Vayamos a dormir, son la una y media. —Dijo mirando su reloj.
—.Y hay que pararnos temprano mañana. —Asentí rápidamente. Realmente estaba cansada. Así que, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Apagando todo, no sin antes cada una colocarse su pijama.

—.Hasta mañana. —Me susurró ya algo dormida antes de entrar a la habitación. Le contesté de igual manera, dando un pequeño beso en su frente ya para acostarme. Me había quedado un rato despierta, ya que seguía pensando en ese chico. No me lo podía sacar de la mente, hasta que pude agarrar un poco de sueño, y caí profundo.

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