Seven

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El rubio tomó una gran bocanada de aire al tener la gran puerta del gimnasio delante suyo, había dejado el voleibol de último

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El rubio tomó una gran bocanada de aire al tener la gran puerta del gimnasio delante suyo, había dejado el voleibol de último.

De este mismo, no le vienen muy buenos recuerdos. Recuerda una vez donde estaba buscando a Baji por ordenes de un profesor y lo encontró en medio acto con una compañera de su edad, o también podemos recalcar la vez donde Draken le había roto la nariz por tratar tanto de entablar una conversación con él.

En parte, sabe que el es culpable por lo que pasó en su vida, se regaña repetidas veces por haberse fijado en personas que no valen mucho la pena. Ahorita mismo su mente termina de procesar que la mayoría de su vida ha sido una mierda, y nunca más debe dejarse tratar mal por las demás personas.

Ya había sido la burla de la escuela su vida pasada, esta vez no será lo mismo.

Trata de relajar su estrés, odia estar en un lugar donde hay muchas personas, cuando hace algo mal y lo observan, se sienten como alfileres clavándose uno por uno por cada centímetro de su piel.

Al abrir la puerta, esta misma renchina haciendo que la atención de los demás se pose en su pequeña figura.

Varios pares de ojos estan fulminándolo, haciendo que se remueva incómodo. Sin embargo un hombre treintañero de cabellera castaña se acerca con una sonrisa amistosa y un aura gentil.

- ¡Buenas tardes! - Saludó entusiasmado. - ¿Viene para la cocurricular de Voleibol? - Pregunta con un brillo en sus ojos, el es un entrenador que lleva años cerniéndose al deporte, tiene tanta pasión por él que decidió dar entrenamiento a menores.

Takemichi ante la carisma del mayor, sonríe grandemente, haciendo que el peso que cargaba sobre sus hombros, caiga al vacío.

- Si, mi nombre es Takemichi Hanagaki. - Se presenta con una corta reverencia, los otros incluso lo miran con adoración por tener a tal pelusa en su grupo, puede que no se vea masculino, pero su aire a bondad es una clave de que es un gran chico.

El profesor comienza a reírse antes de señalar a una hermosa jovencita rubia y de ojos mieles, - Ella es Emma Sano, es una de las principiantes, podrías hablar un poco con ella a ver si congenian bien, si te agrada el club, te recibiremos con los brazos abiertos. - El hombre palmeó suavemente el hombro del menor, antes de gritarle a un grupo más mayor que den diez vueltas a la cancha.

Hanagaki recibe un escalofrío leve, es la hermana menor de los Sano, sabe que ella no ha atentado nada contra el mismo, pero cuando ha tratado de acercarse para ver si por lo menos lograba hablar con la hermanita de sus ídolos, Ryuguji casi le rompe el brazo.

Y sin olvidar a Mikey que siempre le advertía que se arrepentiría hasta de nacer si se atrevía a molestar a su hermana.

Traga saliva violentamente, su garganta se siente reseca por los malos recuerdos que le están viniendo últimamente, odia recordar su anterior vida, lo hace sentir asqueroso, por lo tanto ha tratado con todo su ser de dejar al olvido tal suceso.

Da unos pasos adelante, la chica voltea a verlo al escuchar el ruido en seco del caminar dirigiéndose hacia ella. Sus hermosos ojos ambares se mezclan con los orbes zafiro del contrario, conectando sus miradas y mezclando sus brillos en uno solo.

El chico tiembla, sudando hasta las entrañas por el nerviosismo, - Mucho gusto, soy Hanagaki Takemichi. -

La chica deja de picar el balón, rodeándolo con su brazo y apoyándolo contra su cadera. - Igualmente, soy Emma Sano. - Sus párpados se enchinan, demostrando su felicidad de conocer a alguien más.

El contrario suspira ante la respuesta positiva de la mujer, por algún momento pensó que lo conocía como "El asqueroso acosador de los pandilleros" pero se alegra de que este desinformada.

- ¿También eres nuevo? -

- Sí, se lo básico sobre voleibol. Como tengo mucho tiempo libre quise ver si entraba a actividades después del colegio. - Aclara frotándose su nuca incómodo.

La contraria asiente comprensiva, picando el balón - ¿Te gustaría jugar un rato? -

El mayor asiente, dejando su maleta en el suelo y alejándose unos pocos metros de la rubia para estar a distancia.

Ella comienza con un saque por arriba que recibió fácilmente por la suavidad del golpe, la chica se movió rápidamente para poder volear el balón. Que fue rotado hacia delante causando que Takemichi tenga que saltar para poder volearlo hacia arriba.

Siguieron así, voleo, recepción, remate. Hasta que se cansaron.

La mujercita cayó al suelo exhausta, el sudor recorría su rostro y su cara estaba rojiza por la calor, el contrario, se apoyó sobre sus rodillas para poder recuperar el aliento.

A pesar de que los otros no les estaban prestando mucha atención, el señor se acercó aplaudiendo, a Emma, por mejorar en su técnica, y a Takemichi por demostrar su valía en el deporte.

- Me alegra que se hayan llevado bien, presiento que en el futuro serán un gran dúo. - Comentó con una mirada calmada, juntando a ambos muchachos en un abrazo suave.

La Sano comenzó a reír en silencio, a pesar de que no habló mucho con aquel rubio, se veía empático, y su carisma era algo impresionante.

Aparte, era bonito, tenía el cabello rubio y ondulado, junto aquellos orbes como el mar debajo el reflejo del sol. Su piel con los músculos levemente marcados, no se ve tan masculino, pero hay algo en el que llama la atención.

Takemichi en su parte pensó, sabe que su pasado lo atormenta, especialmente los sucesos con esos... chicos, siempre le dejarán un mal sabor de boca.

Pero, aunque en la persona de Emma vea el reflejo de sus hermanos mayores, sabe que en el fondo es una buena persona y todo lo contrario a sus familiares.

Sabe que valdrá la pena entablar una amistad con Emma, por que ella no es como sus hermanos; ella es algo mucho mejor que eso.

- Entonces, Hanagaki-kun, ¿Entras al club? - El hombre mayor cuestiona, con una ceja arqueada.

El mencionado parece meditarlo por un momento, volteando a ver a la ojiámbar, y después al mayor.

- Estoy dentro. - Se encoje de hombros ganando un vitoreo por parte de los otros dos.

- Te aseguro que te encantará. - Explica el castaño. - No me he presentado, pero mi nombre es Yeeiko Katsuki. -




















Se que esta vez no tengo ninguna excusa, pero pido perdón. Se me quemó el cerebro con tan solo escribir un poco de este capítulo.

Quiero que sepan que los amo mucho, y me gustaría ofrecerles la opción de elegir que otro chico quieren que interactúe con Takemichi.

Nos leemos, ¡Bye!

𝐉𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐨𝐲𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora