5- Problemas

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  Chase.

Cuando acabé con el entrenamiento Wheesel me había pedido que si podía llevar a Ivy, a lo cual le dije que no había ningún problema, pero es que si había un problema, porque a pesar del poco tiempo de conocernos me había llamado la atención muchísimo. La vi caminar por el campus y me le acerqué en el auto.

—Anda sube.— bajo la ventanilla del auto y la miro, y es que es demasiado guapa.

—No gracias. Tomaré el bus.— piensa, piensa, piensa.

—El bus se acaba de ir hace cinco minutos.—mentira.

—¿En serio?.—me mira con duda.

—Pues si. Ahora sube.

Y lo hizo. Chase uno, Ivy cero.

Conduje sin distracciones, a excepción de la persona que tenía al lado. Cuando llegamos me dió las gracias y entró en su casa y yo en la mía.

—¡Chase! —lo primero que oigo fue el grito de Caleb— Dile a mamá que me lleve a comer helado.

—En el refri hay.—dice mamá.

—Pero yo quiero salir de casa. —el pequeño hace un puchero.

—Dile a papá que te lleve.— le digo.

—Papá trabaja mucho.

—¿Y si mejor lo llevas tú?.—me sonríe mamá con algo de malicia.

—¿Yo?.—me apunto con el dedo.

—Pues si.

—Quiero ir ahora.—sonríe mi hermano.

—Acabo de llegar de la escuela, espera un poco.

—No te tardes. El otro día hiciste lo mismo y cuando te fui a buscar había ruido en tu habitación.

—¿Ruido?.—mamá me mira.

—¿Qué ruido?.—sonrío con inocencia.

—Siiii, y después esa tal Bet...no sé qué, salió de ahí.

—¿Por qué no lo abortas?.— miro a mi madre que estaba conteniendo la risa.

—Ya no puede hacer eso, ya crecí.—Caleb se sube en el sofá y me saca la lengua.— Y apúrate anda.

Subí a mi habitación, ordené algunas cosas y luego tomé una ducha, me puse un pantalón de chándal y una camisa de algodón, total, tenía pensando ir en mi auto y a un centro de comida rápida, en esas donde haces tu pedido y no tienes que salir del auto, simplemente te la dan por la ventanilla.

Bajé al primero piso y ahí estaba mi queridísima vecina, si como lo leen, sentada en mi casa mirándome con una sonrisita.

—Chase ¿qué haces vestido así?—me señala mi hermano.— Vamos a comer helado.

—Si Chase.—sonríe con complicidad Ivy.— ¿Qué haces vestido así?.

—¿Y tú qué haces aquí?.

Les juro que en mi cabeza sonaba mejor, pero terminó saliendo como si la estuviera hechando de casa. Incluso borró la sonrisa.

—Bueno Caleb.— mira a mi hermano.— Al parecer tendrás que ir sin mí.

Se puso de pie para marcharse, pero la detuve.

—No te lo dije en sentido de que te fueras.— explico rápidamente.— Solo que me sorprendió verte aquí.

—Mamá la invitó a ir con nosotros. —dice Caleb.

—Ah. Vale. Entonces vamos. —sonrío para quitar la incomodidad que se sentía.

Hay Pecados Que Merecen Ser Repetidos (En Edición) [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora