Leyley y Archie VS las depredadoras de Andy (Extra/Parodia)

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Los días en el motel eran aburridos. Te encontraste armando tu octava figura de origami con el papel desperdiciado de periódico que Andrew había ido acumulando. Ciertamente era complicado crear una figura firme con un papel que no es firme pero ya le estás tomando el truco a pesar de que las formas no quedan tan perfectas como te gustaría. Tus primos-hermanos habían salido del cuarto para ir a comprar suministros, ya que consumir comida preparada todos los días traería un gasto excesivo de dinero y no podían darse ese lujo. Pues bien, estaban destinado a comer emparedados por el resto de sus patéticas vidas.

La puerta abriéndose bruscamente te hizo cortarle el cuello al perro que estabas formando, así que no pudiste evitar gritar asustado, hasta que el abordaje de Ashley te dio una buena razón para gritar de terror.

— ¡Archie! —te llamó ella inclinada hacia ti sobre tu escondite improvisado entre el sillón y el viejo televisor.

— ¡Ashley! —respondiste al borde del infarto.

—Es Leyley —te rectificó antes de saltar el sillón y apenas evitar caer encima de ti para ocasionarte la muerte de otra manera—. ¡Tienes que ayudarme!

— ¿¡Qué!? ¿¡Qué pasa!?

— ¡Tienes que ayudarme a matar a una zorra que intenta robarme a Andy en este preciso momento!

— ¿Por qué yo? —renegaste todavía lamentando la muerte de tu perro de papel.

—Porque eres el único que no ha intentado quitármelo ni seducirlo.

—Soy un niño de once años, no estoy interesado en esas cosas todavía —susurraste para ti mismo con incomodidad. Ashley no te escuchó y pisoteó el suelo con rabia.

— ¡Es tan frustrante! ¡Esas desvergonzadas salen de todos lados! ¡Se reproducen en masa como cucarachas! ¡A este paso tendré que eliminar a la mitad de la humanidad para asegurarme de que ninguna perra siquiera mire a mi hermano!

— ¿Qué fue lo que ella hizo? —preguntaste por mera cortesía, ya que conociendo a tu prima seguro que la chica en cuestión no tuvo que hacer más que sonreírle a Andrew para que los instintos asesinos de Ashley se activaran.

— ¡Le coqueteó! ¡Enfrente de mí! ¡La muy descarada!

— ¿Qué diferencia hay entre coquetear y ser amable para ti?

— ¡No estás siendo amable como mujer cuando te bajas el escote hasta el suelo para presentarle a un hombre tus tetas!

—Oh... —No podías decir más. ¿Siquiera este es un tema de conversación apropiado para alguien de tu edad? Miraste alrededor—. ¿Y Andrew?

— ¡Dijo que había olvidado algo en la tienda pero estoy segura que fue tras esa puta! —espetó con voz temblorosa, casi a punto de soltar a llorar. Entraste en pánico.

—V-Vamos, no creo que sea eso, tal vez de verdad olvidó algo en la tienda.

— ¡La manera en la que lo dijo fue muy sospechosa!

—No hay que perder la cabeza. ¿Y si sólo esperamos aquí tranquilamente a que vuelva?

— ¡No! ¡Me niego! ¡Apestara a sexo cuando esté de regreso! ¡Yo lo sé!

— ¿Ha pasado antes?

—No pero eso no impide que pueda suceder esta vez.

—Estás exagerando.

—No sabes lo que es exagerar, Archie —declaró con un tono de voz sumamente siniestro, así que te congelaste. La viste correr al armario de dónde sacó una hoja tamaño carta amarillenta para apresurarse volver a tu posición, ofreciéndola a tus manos—. Mira, incluso he hecho una lista de resbalosas que han intentado arrebatármelo.

Las Aventuras de Andy y LeyleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora