¿Quién soy?

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Estaba llegando a mi colegio cuando empecé a sentir las consecuencias de no haber dormido durante la noche. Es normal que un estudiante de 1° medio tenga ciertas dificultades para dormir, ya sea por estar jugando videojuegos, conversando con su próxima conquista, o incluso viendo una película; pero no es normal desvelarse, preguntándole al techo "¿Quién soy?". Nunca he sido una persona muy complicada, me cuestiono lo suficiente el por qué tengo que venir todos los días a un lugar donde no me gusta estar, así que la idea de añadir una nueva incógnita a mi vida, no me resultaba muy alentadora que digamos. En fin, Cuando llegué a mi asiento, el profesor empezó a pasar la lista antes de comenzar su clase, y lo curioso es que no necesité esforzarme para no dormir, porque mis compañeros son tan divertidos que me mantienen despierto. Para dar inicio a la lección, nos empezó a explicar sobre números imaginarios - ¿Qué carajo es un número imaginario? ¿Cuándo usaré yo un número imaginario? Pero en fin, es lo que quieren que aprendamos – Luego de un rato de explicarnos, y ejercitar lo explicado, nos dice:

- ¿Alguna duda? – tenía una sonrisa en el rostro al ver que las manos no se alzaban, quizás no sospechaba que el 50% de mis compañeros entendieron, mientras la otra mitad no preguntaba por miedo a hacer el ridículo de alguna forma.

- Yo tengo una duda, profe – digo, algo incómodo – Sé que no es el lugar, Pero ¿Quién soy?

Mis compañeros empezaron a reír, o sea, sabía que haría el ridículo con este tipo de preguntas, pero si vengo al colegio a aprender, quiero al menos aprender algo que me resulte útil.

- No es el lugar para preguntar esas cosas, y si quieres hacer reír a tus compañeros, mejor que sea en otra clase – dijo mi profesor de matemáticas, algo enojado. Seguramente pensó que trataba de hacer el payaso, aunque un trabajo tan sobre exigente, con tan bajo sueldo para que, más encima, alguien las haga de payaso, haría enojar a cualquiera. Simplemente le levanté el pulgar en señal de aprobación y me quedé callado el resto de la clase -.

Después del receso de 15 minutos - 15 miserables minutos, estoy desde las 8:00 hasta las 16:00  y tengo dos recesos de 15 minutos y una miserable hora para almorzar, es una burla – fui a la clase de lenguaje, la profesora era muy dulce, así que sabía que al final de la clase sería una mejor idea preguntarle. Esperé las dos horas hasta que terminamos y me acerqué a su escritorio mientras ella ordenaba sus carpetas.

- Profe ¿Puedo hacerle una pregunta?

- Claro – me respondió, su tez blanca, acompañada de su largo cabello castaño amarrado en una cola y su amplia sonrisa le daba un tono muy dulce –

- Usted siempre nos habla de autores y muchas cosas, así que me imagino podrá responderme sobre quién soy, llevo toda la noche pensando eso, digo. ¿Quién soy, qué hago, cuál es mi lugar?

- Dulzura, si te hablo de autores, podría decirte que Hesse decía que somos una dualidad entre lo bueno y lo malo, un reflejo del mundo, Frankl decía que somos seres que buscan un sentido. Hay muchas cosas que podría decirte, pero tu respuesta escapa a lo que pueda un autor dejarte en su obra, pues tanto tu cultura como los pensamientos que te comprenden, son diferentes. – se veía algo apenada por no haber podido responder a mi pregunta de una forma tan clara como yo hubiese querido, pero lo intentó –

- Está bien, profe. Creo que entendí – mentí – así que gracias.

- No hay de qué – la sonrisa había vuelto a su cara al ver que había podido ayudar a su alumno-

Después de otro receso – interminable, casi me quedé dormido en la fila para comprar algo en el quiosco donde parecen vender todo el doble de caro – me preparaba para mi clase de historia. Sin duda mi profesor sabía mucho sobre cambios históricos y todo, se le notaba muy culto, así que quizás con tanto cambio histórico y cultural, me pueda responder a mi pregunta. Para no cometer la imprudencia que cometí con mi profesor de matemáticas, esperé al término de la clase, aguantando algunas bromas de mis compañeros que me llamaban "el filósofo", hacían ademanes de fumar una pipa mientras hablaban cualquier idiotez, de todas formas me divertía. Cuando terminó la clase con temática de la segunda guerra mundial, caminé hasta el profesor y le dije que tenía una pregunta, no referente a la clase.

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