¿Cómo es esta mi vida? - Daryl Dixon

Capítulo 32 : Como un gato

<Especialista Anthony Mark>

Tony no podía creer su suerte cuando notaron que un gran grupo atacaba su antiguo puesto de avanzada. Habían pasado semanas, tal vez incluso meses desde el incendio y el otrora numeroso grupo se había reducido a cinco. Sus oficiales superiores que no habían muerto tratando de evacuar a los civiles habían abandonado sus puestos, las personas asustadas que había estado tratando de proteger habían huido. No era como si tuviera la autoridad para detenerlos, pero había logrado conservar algunos de los suministros y proteger a quienes se lo permitieron.

Hace apenas dos semanas, el último de sus hermanos partió en una misión suicida con todos los hombres sanos aparte de él, John y menos de media docena de refugiados. Nunca regresaron, aunque él no tenía muchas esperanzas de que lo hicieran. Él y John hablaron de tal vez dirigirse a Atlanta, pero perdieron contacto con alguien hace más de un mes, incluso Benning guardó silencio. Ahora, es posible que hayan encontrado algún tipo de salvación.

No pasó mucho tiempo para convencer a John y los demás de que debían acercarse al otro grupo, estaban organizados y sus mujeres parecían ser tratadas por igual. Tony notó de inmediato cómo su hermano observaba a la líder rubia, ella era una influencia tranquila en medio de la tormenta. Bonito, incluso para los estándares del viejo mundo, pero no estaba dispuesto a pensar en esas cosas hasta que John, Jean, Sam y Ana estuvieran a salvo.

Patricia, una mujer mayor con una mueca de dolor en el rostro, los alimentó y los revisó, incluso vendó el tobillo de Ana. Era amable pero cautelosa y buscaba constantemente los rostros de los muertos en la puerta que conducía al campo de fútbol. Silenció a Sam cuando parecía que quería hacer preguntas. Era importante que no ofendieran a nadie, especialmente a alguien con conocimientos médicos que obviamente estuviera de duelo.

"Entonces, ¿Dónde planeas establecerte?" Jean preguntó con curiosidad una vez que estuvieron cargados con sus suministros, todavía sorprendida por la facilidad con la que Amy los dejó venir. John se mostró estoico a su lado, solo se giró para mirar a Sam cuando abrió la boca.

"Tenemos un plan". Mitch murmuró desde el asiento del conductor, mirándolo con recelo a través del espejo retrovisor. "¿Estás seguro de que no has visto más gente en la ciudad?"

"Bueno, hemos visto un par de camiones pasar junto a nosotros, pero todavía estábamos tratando de reunir al ejército en ese momento". Dijo Tony honestamente, su mirada enfocada en la hermosa casa rodeada de campos interminables.

En la cima de la colina había una gran congregación de vehículos, con largas mesas y sillas colocadas. El grupo salió rápidamente de sus vehículos antes de que un grupo de niños se acercara corriendo. John a su lado hizo un sonido extraño y ahogado en su garganta y se volvió hacia él con curiosidad. El otro hombre miraba hambriento a la líder como si nunca antes hubiera visto algo como ella. Su amigo creía firmemente en el karma y siempre hablaba de que sabía que si él hacía lo correcto, el mundo haría lo correcto con él. Tenía algunas ideas extrañas sobre las almas gemelas, algo acerca de que él sabía con solo una mirada que lo sabría. Tony realmente esperaba que John no hiciera algo estúpido porque, por lo que parece, el tipo de la ballesta vio la reacción de su amigo.

"Vamos, Edwin, ven a ver a tus pacientes más nuevos". Amy dijo con una sonrisa forzada, un hombre alto y rubio estaba justo detrás de ella. Sus ojos eran de un azul frío y claro que los miró clínicamente antes de ver a Ana apoyada contra Sam. No se ablandó, pero les hizo señas hacia su remolque médico.

Se quedó junto a la ventana, con una pequeña sonrisa en su rostro, pensando que tal vez podrían hacer que esto funcionara.