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Mystic Falls, Virginia, 1864.

Han pasado 9 años y muchas cosas han cambiado. Hacía cinco años que Alana dejó atrás a su aquelarre y pisó lo que se convirtió en su nuevo hogar junto a su familia. Donde se solidificó su permanencia en esa tierra.

Y dónde su vida volvió a dar un giro.

La primavera de su decimoctavo cumpleaños no sólo trajo la alegría de su mayoría de edad y su presentación ante las otras familias influyentes, sino una sorpresiva noticia que le causó un hoyo en el estómago y un desastroso retiro durante su evento especial. Un matrimonio. Su padre, aquel hombre que la engendró en ese mundo y que le repetía incontablemente lo orgullosa que debía estar por su estatus y su familia, el que la sacó de un infierno, la estaba condenando a uno mucho peor.

O eso pensó al principio.

Sólo podía recordar ese pensamiento como una anécdota cómica y, a su vez, como un alivio. Ahora, otros 4 años habían pasado y podía asegurar que no había pasado unos años más maravillosos, incluso con sus altibajos, que esos; junto al par de personas especiales que habían sido agregadas a su vida.

La visión de la Finca Salvatore asomaba por la ventana del carruaje de Alana a medida que se acercaba, con las siluetas de sus hermanos en la puerta, seguramente esperándola para recibirla. Damon, el mayor de los tres, portaba su uniforme militar y apoyaba su brazo sobre los hombros de Stefan. Ambos sonreían y bromeaban entre sí, dándose empujones. Esa imagen la hizo sonreír con un cariño sin igual. Los 5 años que habían convivido cercanamente creó una amistad y una hermandad que estaba segura era irrompible, pues la ferocidad de la protección de Damon y los cuidados de Stefan eran aún más palpables en esta versión de los hermanos Salvatore. Sus hermanos.

Eso también aumentaba la preocupación por ellos, por ella y su familia. La tensión del año que cursaba era una constante en su cabeza y la razón por la que regresaba a la finca familiar. 1864 era la fecha que casi la hacía llorar por los acontecimientos próximos, pues sabía que sus hermanos morirían. Volverían, pero el ardor en sus ojos y el hundimiento de su corazón al pensar en sus muertes no desaparecía. Katherine era un mal necesario que se cruzaría en sus vidas para que el futuro siguiera el curso que conocía en su anterior vida.

Aún así, lo sentía tan injusto.

Una vez que su carruaje se detuvo, el mayor fue quien se acercó y abrió la puerta, recibiéndola con esa sonrisa engreída.

-Hola hermana, ¿Me extrañaste? -se burló mientras ofrecía su mano en apoyo para bajar del carruaje. Alana lo rechazó totalmente y, en su lugar, se abalanzó en un abrazo, el cual Damon ya esperaba de su efusiva y cariñosa hermana menor.

Con Alana enganchada en sus hombros y asegurando su agarre en su cintura, dio unos pasos atrás para alejarse del vehículo y dejarla en el suelo con suavidad. Ella no se separó de inmediato, causando que se encorvara hacia abajo por la evidente diferencia de altura entre ambos. Sólo había una persona que podría separarla de él en ese preciso momento.

-Supongo que yo también recibiré un abrazo, ¿o sólo Damon rec...? -Stefan no fue capaz de terminar su oración cuando ya tenía a su hermana mayor abalanzándose sobre él también. La velocidad de reacción lo hizo tropezar y tambalearse, pero pudo estabilizarse a tiempo para devolver el abrazo con un suave apretón.

La calma se asentó en los tres, un sentimiento que solían compartir cuando se reunían. El crecimiento fue un factor inquietante cuando, eventualmente, se fueron haciendo cercanos. Damon y Stefan habían sido informados de las opciones que tenían una vez alcanzaran la mayoría de edad, siendo Stefan quien tendría la mayor libertad por ser el menor. Damon, por otro lado, estaba siendo criado para convertirse en la cabeza de la familia, un papel que no le entusiasmaba debido al comportamiento de su padre cuando algún negocio no salía o algo no se hacía como él quería. Era el más expuesto a la brutalidad de la que era capaz, y en algunos casos, él mismo lo tomaba voluntariamente. Cuando Alana cumplió 18 años y él 21 años, sintió cómo el mundo se derrumbaba alrededor de ellos dos. El matrimonio sorprendió a todos y se sintió engañado, ya que a pesar de su preparación, no lo involucraron en tan importante decisión.

Hold On | Mikaelson soulmateWhere stories live. Discover now