Survival Los Perdidos

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Survival Si la muerte es la mayor de las liberaciones, ¿quiénes son los afortunados, ellos o nosotros?

Capítulo 1 – Los Perdidos 

El autobús iba a una velocidad bastante lenta para mí gusto, pero era perfecto para poder apreciar el paisaje. A pesar de todo, la vista era sumamente pobre, solo un montón de árboles y un cielo gris que no le encontraba fin.Despegué mi frente del cristal de la ventana y solamente vi a un hombre de mediana edad al lado mío que había caído en un letargo desde hace un buen rato.

Mi nombre es Cody Adams, estudiante de periodismo de la Universidad Kuprock, quizás no es muy conocida pero es excelente como institución. Mi apariencia no es nada sorprendente ni mucho menos impotente, soy alto, pálido y bastante huesudo de cabello largo color marrón. Siempre llevo conmigo una cámara pequeña, suelo entretenerme con ella tomando fotos a cualquier cosa de lo que suceda a mí alrededor, o de quienes estén ahí, para luego crear historias y revelarlas.Dando vueltas con la mirada observé en otra butaca a una chica de espaldas con el cabello rizado besuqueándose desde hace rato con otro hombre que no pude ver, parecían divertirse más que la mayoría de los presentes. Volteé la cabeza y unos asientos más atrás, un niño llevaba rato llorando y su ojerosa madre, o se suponía que era, ya no sabía qué hacer para calmarlo. 

Me volví hacia adelante y levantando la vista justo antes del conductor, había un chico de piel negra que tenía una chica reposando en su hombro, recuerdo haberlos visto subir al bus. La chica tiene unos rasgos muy finos con una piel de color marrón sutil claro, ojos verdes bastante llamativos y un cuerpo bastante delgado, el hombre por otra parte era realmente corpulento y de cabello corto. Estoy seguro de haberlo visto en algún otro sitio.

Perdí mi atención en ellos cuando un niño pálido y pecoso, con el peinado favorito de las abuelitas, que estaba en el asiento de en frente se me quedo mirando y le devolví una sonrisa.

– ¿Todo bien, amiguito? –le pregunté.Sin perder su expresión neutral, me dijo:

 –No lo sé. ¿A ti como te va?

Me sorprendió su respuesta. Cuando estuve a punto de contestarle, el hombre a su lado le llamó la atención y le dijo que dejara de molestar y se sentara, dejando solo un gran bigote.

– ¿Todo bien amigo? ¿El niño no lo molestó?

–No no, para nada, así son los niños –contesté, sin ánimos de seguir hablando

.Tras más o menos lo que calculaba una hora solo vi árboles ir y venir, yendo y viniendo. Pasamos por un bache en la carretera el cual me hizo rebotar en mi asiento, tuve que aferrarme a la cámara que estaba en mi bolsillo.

 Al voltear la mirada, noté que alguien tenía unos audífonos grandes conectados a una radio, escuchando. Éste se los quitó y le dijo a su compañero que algo extraño estaba pasando. No esperé a ver la reacción de su compañero y volví a ver al frente, realmente no me interesaba mucho. El conductor del autobús hizo una fuerte maniobra e insultó a alguien que estaba parado en medio de la carretera, el hombre tenía una postura jorobada y un aspecto realmente sombrío.

 Me quedé pasmado hasta perderlo de vista."¿Qué demonios fue eso?" pensé, una extraña sensación recorría mi cuerpo. Junté mis manos y de mi frente corría sudor, el conductor poco a poco fue volviendo al carril original. Ya la gente estaba preocupada con los movimientos bruscos del vehículo y la radio del chico, además de la del conductor, que llevaban rato produciendo estática. Aunque solo las personas de en frente podían escuchar, parecían sorprendidos por lo que difícilmente se oía.

Pasó un corto momento de silencio y se escuchó en las bocinas del autobús claramente un grito desgarrador por parte del locutor, causando una invasión de pánico a los pasajeros. Estaba más que claro que algo terrible estaba pasando.El conductor gritó tras ver como sangre salpicaba en el parabrisas, la reacción de éste hizo que el bus hiciese un movimiento brusco y por la falta de visibilidad del conductor, chocó contra el barandal que estaba al lado de la carretera. El transporte de golpe se salió de la vía y se escuchó un horrible chillido de como el barandal rayaba el costado del vehículo. Este comenzó a caer por el barranco al otro lado dando brincos violentos, la gente gritaba despavorida. La máquina se detuvo al chocar con un árbol, en ese momento por el repentino sacudón, golpeé mi cabeza contra el vidrio y empecé a ver borroso, seguido de un zumbido que se escuchaba en mi oído izquierdo. Apoyé la cabeza en la butaca delantera y poco a poco fui perdiendo el conocimiento hasta cerrar los ojos.Desde ese momento no supe nada más de mí.

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