Capitulo 6

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Capítulo 6

Una luz enceguecedora me corrompió y me estorbaba la visión, pero, dejó de molestar en el momento que entendí dónde estaba. Llevé mi mano a la cara y noté que todo ese brillo era de la luz del Sol proveniente de una ventana. Vi arriba, sólo había un techo común con un ventilador girando. Era una casa normal, tenía unos muebles viejos y una mesa de café a mi lado.

« ¿Pero qué?», pensé. Todo parecía tan familiar, tan tranquilo y normal. Se sintió como volver al comienzo de todo, un solo paso basto para entenderlo. Había pisado un pequeño juguete, era una especie de robot policía que emitió un sonido que reconocí de inmediato, no podía equivocarme, ese juguete era mío. Me asusté mucho.

« ¿Estoy...en casa? Pero... ¿Cómo? ¿Por qué?», dije. Eché un vistazo sólo para confirmar. La visión borrosa se perdía y empezaba a entender lo que tenía alrededor. Estaba en mi casa, la misma puerta con una mosquitera desgastada, una cocina que necesitaba remodelación y un pasillo que desde la sala parece una cueva de lo oscuro que está, donde se encuentran las habitaciones.

« Sí, no hay duda de que es mi hogar. Me pregunto si Gunter... ¡Gunter! ¡Maldición, no! ¿Está vivo? ¿Está bien?», entré en pánico, no entendía qué pasaba. Por alguna razón se me ocurrió revisar la casa. Me asomé por la ventana y en la calle no había nadie, la cocina estaba despejada, pero al llegar al pasillo estaba todo vacío. Se me ocurrió buscar afuera de la casa, corrí hasta la puerta, al tocar la manilla se oía el motor de un auto y también el llanto de un niño.

Asomé el ojo por la ventana y en la acera de al frente estaba un niño de espalda a la casa, no era muy alto, tenía un guante de béisbol que apretaba con las manos, solté la manilla y corrí a la cocina para tener mejor vista. Intentaba ver su cara pero era inútil, frente a él había un taxi, donde alguien guardaba unas maletas, un adulto se le acercó le pasó la mano por los cabellos, el niño intentó abrazarlo pero el hombre lo rechazó y le dijo algo que sonó en mi mente: «Cuídate mucho», el niño le dijo algo y yo por alguna extraña razón dije: «Y de ella me haré cargo».

« ¡Yo conozco ese auto! ¡Y a ese niño!, todo es tan absurdamente familiar». El niño arrojó el guante al suelo y gritó: « ¡Y no vuelvas!», éste se dio la vuelta y finalmente pude ver su rostro, abrí los ojos como platos, me eché lentamente para atrás hasta tocar algún mueble.

« No puede ser, ahora sí me volví completamente loco». Fui de ahí al pasillo nuevamente y me encontré en esa oscuridad una silueta triste, era una mujer llorando, sentada en el piso, con las rodillas en la cara, sollozando, sus largos cabellos no me dejaban ver su cara. Lentamente me le acerqué, estaba paralizado y sin expresión en mi rostro me agaché justo frente a ella, la mujer levantó la vista y vio al umbral del pasillo donde el chico se presentó, pero desde mi posición no parecía un niño como tal sino una especie de sombra deforme, imitando la postura de una persona de pie, «Se ha ido», dijo el niño. La mujer seguía llorando y volvió su cara a sus rodillas, el niño y yo dijimos al mismo tiempo «No estés triste mamá».

De repente el umbral del pasillo se comenzaba a deformar y la imagen se desvaneció como si se quemara una fotografía. Por un instante todo se tornó blanco, miré hacia arriba desorientado y una mandíbula de uno de ellos estaba sobre mí. No dije nada, pero él soltó un horrible grito.

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