Entre versos y secretos-Juantin

Matias

Narra Juanjo

Al despertarnos, yo el primero, me puse mi uniforme, seguido de ello puse en la mesa cuatro yogures Alpro para desayunar. Cuando se despertaron los demás siguieron mi rutina, ponerse el uniforme y desayunar, quedaban aproximadamente 50 minutos para empezar el trabajo cuando Martin se despertó nos miró a todos con cara de sueño pero casualmente se quedó mirándome a mí.

-Oye Juanjo, porque no nos has dicho lo de Jotalent?-Pregunto Martin

-Buenos días Martin.-Respondí yo.-

-Buenos días Juanjo, a todos en general.-

-Bueno en realidad lo saben algunos, pero no es algo que yo tenga que ir diciendo siempre que conozca a alguien ¿no?- Dije yo, respondiendo a su pregunta.-

-Tienes razón, pero no se, es algo tope guapo. Yo si lo contaría, aparte de que podrías haber llegado muy alto en la tele.-Respondió el chico, preguntón.-

-No es tan fácil como parece, Jotalent no era mucho, y menos masterchef que no dure nada.-

Seguimos desayunando y al poco tiempo nos fuimos a trabajar, hice mis ocho horas y salí de allí a las seis de la tarde.

Empecé a caminar a mi casa, no había llevado el coche porque no tenía demasiada gasolina así que preferí hacer 20 minutos andando hasta la casa de Martin y de ahí volver a mi casa.

En medio del camino a casa de Martin vi un chico con el que me paralice, tenía mi misma estatura, pelo negro y ojos azules, me sabía su nombre y su historia pero sobre todo sabía todo lo que me había hecho. Me lanzó una mirada borde y se paró frente a mí, yo le miré igual.

-¿Vas a seguir mirándome así?-Dijo el chico.

-Si, Matías, tengo que tener mucho valor para por lo menos mirarte después de lo que hiciste.-Respondí yo, intentando negar que al verle mi cuerpo no respondía.-

-Siempre exageras todo Juanjo, eras un pasatiempo para mí, simplemente, una prueba.-

Yo miré a otro lado y seguí caminando, pero el chico puso su mano en mi hombro, me agarró y me volvió a poner frente a él.

-¿Qué haces?- Dijo Matías.-

-No quiero hablar con el hombre que me jodio la vida.-

-Venga ya Juanjo, podríamos mantener una conversación como amigos.-

-¿Pero tú eres gilipollas?-Me defendí yo, él apretó mi camisa y me puso más junto a él.-

-Mira puta, tu me vas a hacer caso si no quieres pasar de nuevo lo que pasaste, me vas a hablar normal y a olvidar lo que pasó entre nosotros, yo nunca te hice nada ¿Entendido?

Mi cuerpo se paralizó de nuevo, pero decidí, que, no podía volver a pasar lo mismo, con las fuerzas que el miedo aún no me había quitado apreté mi mano y le di un puñetazo, él me soltó casi de inmediato.

-¡Cabron!-Grite yo mientras corría.-

-Te voy a buscar Juanjo, y no quieras que te encuentre.-Respondió Matias con la mano en la cara.-

Al llegar a mi casa decidí que, tal vez no era lo más seguro seguir quedándome en mi piso cuando él lo conocía de memoria, pero no podía mudarme, debía de buscar una solución lo más pronto posible.