La noche sería totalmente oscura si las farolas de las calles no estuviesen encendidas. Parecía una noche tranquila, pero estaban muy equivocados. Aunque pareciese increíble, los dos grupos de superhéroes de la ciudad se habían unido, a pesar de que aún había algún rastro de rivalidad entre algunos de ellos. Mysterion y Mapache de vez en cuando peleaban, pero cuando veían al enemigo común, todas esas tonterías de niños pequeños desaparecían. Profesor Caos... Bueno, ahora Caos a secas. Si, habían pasado 6 años desde que toda esa tontería de los superhéroes empezó, pero, ¿Cómo iba a acabar si siempre había un villano que ponía en peligro la ciudad? Con su madurez, también había empezado a crecer el peligro de sus delitos. Su última fechoría había sido robar en un zoológico todo el dinero en la caja registradora. Ahora trabajaba sólo, pues él y su ayudante se habían peleado y distanciado, pero con ese distanciamiento, sus malas ideas habían crecido sin limites.
Los chicos estaban en el sótano de la casa de Mapache, comiendo pizza y viendo alguna pelicula mala para adolescentes. Cometa Humana estaba en la mesa haciendo los deberes para el día siguiente y Mysterion estaba ojeando Instagram.
-Joder, menuda película de mierda habéis puesto. ¿No podríais haber puesto Mean Girls?- Preguntó la única chica, recogiéndose el pelo negro en una coleta.
-Cállate, Wendy. No somos maricones, no nos gustan esas mierdas de color rosita.- Le respondió con la boca llena el castaño más gordo
-Yo le meto una ostia...
-Controlate, Wendy. Yo también se la daría...- Dijo sin levantar la vista del móvil el rubio de capucha morada.
-¡Chicos!- Exclamó Toolshed, que bajaba corriendo por las escaleras.
-Stan, te dije que trajeras más pizza, ¿donde carajo está?
-Eso es más importante que eso, tío. Caos...
Mysterion apagó el móvil y lo soltó contra la mesa, casi rompiéndolo más de lo que ya lo estaba.
-¿Qué ha hecho ahora ese hijo de su putísima madre?
-Ha robado de una tienda de joyería del centro. La policía lo está buscando, pero ya sabéis la mierda de justicia que tenemos en esta ciudad.
-Para eso estamos nosotros.- Añadió el pelirrojo, levantándose de la mesa y cerrando el libro de historia.- Las elecciones de 1800 pueden esperar. Vamos a por Caos.
Los chicos se repartieron en grupos y los lugares de búsqueda. Por su puesto, Mysterion quería ir sólo, no soportaría tener que ir con Mapache. Por suerte, tampoco es que el castaño quisiera estar con él, así que ellos dos fueron solos, y el resto divididos en parejas como ellos quisieron. La búsqueda empezó.La avenida era un lugar peligroso por las noches, solía haber drogadictos y ladrones, pero los dos chicos avanzaban con seguridad, aunque el rubio estaba un poco... Acojonado.
-Wonder Tweek, ¿nunca te han dicho que eres un "M" al cuadrado?
-Que...¿A que carajo te refieres?
-Un marica miedica.
-Jaja, muy gracioso, Super Craig. ¿Que has cenado? ¿Polla de payaso? A parte, tú también eres un "G" al cuadrado. Un gilipollas gay.
-Jajajaja, no lo voy a negar, esa ha sido buena. Pero la mía ha sido mejor.
-Cállate.
-Cállame.
En el silencio de la noche, se escucharon risillas y un beso... y otro. Y otro más. Bueno, eran adolescentes solos en la calle por la noche y con las hormonas alteradas, no se podía pedir mucho.
-Vamos a seguir con la misión antes de que te sigas comportando como la perra desesperada que eres, Tweek.
-Al menos no soy una perra rabiosa.
-Bueno... A lo mejor un par de besos más no hacen daño, ¿no?
Y los dos chicos acabaron besuqueándose en un callejón, dejando huir a Caos casi delante de sus narices.-Y entonces le dijo que Mark era un hijo de puta y empezaron a pegarse en mitad del centro comercial.
-Call girl, sólo te he pedido una linterna. Dios mío, ¿por qué me han tenido que poner con la única tía?
-Porque si ibas con Taperware, ibais a acabar en un puticlub pagando con el dinero de Token.
-Joder, pues eso no estaría mal.
-Mosquito, concéntrate, me cago en...
De repente, oyeron un rumor que venía de una esquina de la plaza.
-Shh... Has oído eso, ¿Verdad?
-¿Y si es una prostituta? ¿Por qué nunca traigo dinero encima?
-Joder, Clyde, deja de pensar en tías por un momento, ¿Si? Saca la cuerda que te di antes. Y cuando yo diga, giramos la esquina, ¿Vale? Tres, dos, uno, y...
-¡YA!
Se escuchó a un bufido, un maullido enfadado y al castaño gritar. No sabía cómo, pero Clyde había acabado atandose a si mismo y con la cara arañada por un gato callejero, y, obviamente, llorando.
-¡Te dije que esperases!
La pelinegra empezó a desatarle, y tras de si oyó una risita.
-Inutiles...
Pero para cuando se dio la vuelta, no había nadie cerca.Saltaba de edificio en edificio, silencioso. Conocía a Caos más de lo que le gustaría. Sabía todas sus rutas, lugares por los que escondía sus botines e incluso su olor, ese perfume de niño pijo que olía tan bien que le mareaba. También sabía que de vez en cuando se despistaba y se ponía a canturrear sin darse cuenta, dejándose en evidencia. Fue entonces cuando escuchó algo. Alguien tarareaba, y por el tono de la persona, estaba claro, era Caos. Mysterion lo localizó en la azotea de otro edificio y se acercó lentamente.
-Manos arriba, Caos. Devuelve lo que hayas robado.- Dijo, intentando sonar rudo, a pesar del asqueroso olor a colonia que le inundaba la nariz.
-¡Mysty~! Por fin alguien que me atrapa. Super Craig y Wonder Tweek estaban demasiado ocupados liándose, Call girl y Mosquito cayeron fácilmente en mi trampa, Toolshed y Cometa Humana se han ido a un arcade, y a los demás ni los he visto. Sin embargo... Tú si que eres un buen héroe. Tan atento y responsable...
-Dejate de jueguitos, Caos. ¿Que has robado está vez?
-Oh, nada, sólo un par de accesorios. Soy un poco presumido, ¿Sabes? Te puedo dar alguno si quieres.- El rubio se le acercó peligrosamente y le rozó la barbilla al enmascarado, sonriendo. Este le miraba con indiferencia, con cara de aburrido.
-Mejor dame todas las joyas y te llevo a la cárcel, anda.
-Aww, pero eso es demasiado aburrido.- Cuando se había dado cuenta, Caos le había agarrado la mano y puesto un anillo en su dedo anular, el cual brillaba bajo la luna.- Agradecemelo otro día.
-¡Caos!- Gritó Mapache, que venía corriendo desde otro edificio.
-Oh, lo siento, Mysty. Tengo que irme. Te veré otro día, guapo.- El villano le besó la mejilla, tomó la bolsa y se dejó caer por el borde del edificio.
El héroe estaba paralizado. ¿Que carajo había sido eso? ¿Por qué no había hecho nada? ¿¡Y que hacía con ese anillo todavía en su mano!? Pero, peor aún... ¿Por qué está vez había sonreído cuando el villano le había llamado guapo?