3.

62 8 15
                                    

Se quedó helado, pero se hizo el sordo y siguió recogiendo sus cosas.
-Ni se te ocurra ignorarme, Leo.
El rubio siguió recogiendo nervioso, sin querer mirar al locutor de esa frase.
-¡Leopold Butters Stoch!
-Si, si, joder. ¡Cállate, Bebe, carajo! Y controla lo que dices. Si se llegaba a enterar Kenny te juro que te mataria.
-¿Tu novio no lo sabe?
-¡No es mi novio!- Se quejó el chico, para luego murmurar.- Ojalá lo fuese...
-Aww, que lindos. Os he visto en clase, cuando te has quedado dormido. Se ha puesto a acariciarte el pelo.
-¿En serio? Digo... Bueno, Bebe. Si, soy Caos, ¿y que? ¿Se lo vas a decir a todos o que?
La rubia rió, apartándose los rizos de la cara para hacerse una coleta. Butters tenía que reconocer que era guapa, y ahora sabía porque muchos chicos estaban loquitos por ella.
-¿Y de que me sirve a mí decirle a alguien que por las noches en vez de ponerte a jugar videojuegos o ver porno como un adolescente normal, eres un villano?
-¿Entonces?
-Digamos que... Quiero unirme a ti.
-Caos trabaja sólo. A parte, ¿para que quieres ser una villana?
-Porque me gusta eso de causar caos y demás. A parte, los trajes te hacen figura muy sexy, y quiero ser la villana guapa.
-No lo hago por aburrimiento, tiene un significado...
-Si, si, lo que sea... A parte, es mejor dos que uno, ¿No? Porfiiiii. Prometo que te voy a ayudar.
El chiquillo refunfuñó.
-Al menos a tendrás alguna habilidad especial, ¿No?
-Bueno... Soy delgada, así que me puedo colar por sitios pequeños. Y no hablemos ya de volver a los chicos locos...
El rubio pensó un poco, para luego tenderle la mano.
-Bienvenida, Afrodita.

-Caos está prendiendo fuego al circo. Deberíamos ir para allá a ayudar.
-Oh, que vaya Mysterion, ya que tan bueno y maravilloso es.
-Cierra el pico, Mapache.
-¿Qué pasa? ¿No quieres ir solito? Tranquilo, irás con Mosquito.
-¿Y yo ahora que he hecho?
-¡Comerte mi último Snickers!
El castaño le miró asumiendo la culpa y se limpió un resto de chocolate que tenía en la barbilla.
-Si las cosas se complican, llamadnos. -Les dijo antes de que se fueran Tupperware.
-Si, no os preocupéis. Tenemos esto controlado.

Las llamas se alzaban amenazantes en la alta carpa. De alguna forma, Caos había logrado sabotear los camiones de bomberos, así que nadie podía frenarle... Menos los héroes.
-¡Siiiiii! ¡Que arda!
-Tus fechorías se han acabado aquí, Caos.
El chico sonrió y se dió la vuelta.
-¡Mysty! Te echaba de menos. Pensé que no ibas a venir.
-Iuk, que gay. -Dijo Clyde, mirando al villano.
-Calla, Mosquito. Déjame a mí lo de Caos, y tú ve a apagar las-
-No tan rápido, héroes de pacotilla.
Una silueta se dibujó en las llamas, una muy remarcada, y una rubia emergió de entre el humo.
-Cough, cough... Si que es difícil hacer una buena entrada, si.
-¿Y esta? ¿Te has echado novia?- preguntó burlescamente el héroe rubio.
-Oh, no, Mysterion, tranquilo. Estoy soltero y muy bueno.- Le respondió en el mismo tono de burla el villano, mientras se pasaba una mano por la cintura, haciendo al chico que le habia preguntado rodar los ojos.- Ella es mi ayudante y compañera, Afrodita. Ahora sí que no vais a pararnos.
-Vale, yo voy a por Ca-
-Si, si, yo voy por la chica, no te preocupes.- Se anticipó el castaño, y corrió hacia la rubia, quién sonrió.
Mysterion buscó a Caos, y vio su capa deslizarse hacia el interior del ardiente circo.

-Vamos a ver, muñeca. No quiero hacerte daño, podemos arreglar esto de otra forma. Tú, yo, mi cama y un paquete de-
-Oh, déjate de tonterías, guapo. Quiero patearte el culo sin comentarios sexuales de por medio.
-De verdad, no quiero pegar a una mujer, pero...
El chico esquivó una patada en la cara casi de milagro, y resopló con alivio.
-A mi no me vengas con gilipolleces de niños de tres años, subnormal.
-Eh, eh, eh. Relájate, nena.
-¡No soy tu nena!- Le gritó, propinandole un buen puñetazo en la cara.
-¡Ouch! Mira, tú lo has querido.
Mosquito le pateo las costillas, y vio a la chica caer al suelo de rodillas.
-¡Ay!
-Oh, mierda... Me he pasado, ¿No?- Preguntó el castaño, agachandose junto a la rubia.- Lo siento muc- ¡Ey!
Afrodita le había noqueado en el suelo, y se posicionaba encima suya para paralizarlo, haciendo que el chaval se pusiera rojo.
-Joder, todos los tíos sois unos malpensados. Ahora, si me disculpas...
Si, como imaginas, esa noche Clyde aprendió a no meterse con una mujer si apreciaba sus dientes.

-¡Vuelve aquí, pedazo de loco, te vas a quemar!
-¿Desde cuándo te preocupas por mí, Mysty?
-Mejor que te calles tu estúpida boca antes de que te la caye yo con un puñetazo.
Los dos estaban en mitad del circo en llamas, las cenizas caían desde el techo de la carpa, y las llamas consumían todo a su alrededor. El villano rió y se acercó al otro chico.
-¿Te gustó el anillo que te di, Mysterion?
-Lo entregué a la policía, cucaracha.
-Joder, de todos los nombres que me puedes llamar, ¿Y eliges cucaracha? A veces me decepcionas, Mysty. Vamos, atrapame si puedes. ¡Yipiii!
El rubio corrió y se subió a lo alto de una torre desde la que los equilibristas saltaban, y se montó en un trapecio, balanceándose en el aire.
-¡Eres un niño pequeño!
El chico le sacó la lengua, confirmando la frase que el héroe le había gritado. Mysterion le imitó y subió a la torre, saltando al mismo trapecio que él y agarrándome fuerte de la cintura para que no se fuera.
-NO. ¡SUELTAME!
-Ni hablar. Nos vamos al suelo. Ya.
-¡No quiero!
Los dos se miraron fijamente. No se habían dado cuenta de lo cerca que estaban el uno del otro. Los ojos violáceos del más bajo desprendían un brillo amenazante, mientras que los celestes del otro chico tenían un aire divertido e incluso coqueto. Por un momento, la sonrisa de Caos fue genuina, y empezó a reír como un niño pequeño, disfrutando del balanceo. Mysterion le miró y no puedo evitar que una sonrisa tierna se apoderase de sus labios. ¿Por qué no podía ser siempre así? ¿Un chico dulce y agradable? No, Caos debía ser un villano. Despistado por los ojos de su contrincante, el rubio más alto perdió el agarre del trapecio, casi cayendo al suelo, pero el héroe le sostuvo.
-Ten cuidado. No tengo ganas de ver un cadáver a estas horas.
-Gracias, Mysty.
Los dos llegaron a su destino: la alta torre de la cuál había emprendido el vuelo. Mysterion saltó a ella con Caos en brazos, aunque sonriendo.
-Esta vez creo que estoy jodido, a no ser que me sueltes.
-Caos... ¿Por qué no puedes ser un chico amable? Eres muy lindo cuando actúas bondadoso y cariñoso. No hace falta ser siempre el chico malo, puedes hacer sonreír a los demás, y eso está bien. Mira... Se que probablemente seas así por alguna razón, alguna mierda de la infancia, o yo que se, pero... Mira, yo también los he tenido. Pero mírame. Protego a los demás y los trato como nunca me trataron mis padres. Y soy feliz haciendolo.
-¿Te parezco lindo?- preguntó ligoteando el villano, aún en sus brazos.
-Eso no es en lo que centrarse ahora, Caos...
-Pero te parezco guapo.- Rió, jugueteando con los mechones dorados que escapaban de la capucha del enmascarado.
-Cuando eres amable y cariñoso, si.- Aclaró él, bajándole de sus brazos. A lo lejos, se oían sirenas de los coches de bomberos.
-¿Y no te gusto cuando soy un chico malo?- Cuestionó en tono coqueto mientras le acaricia la barbilla.
-Yo no he dicho que me gustes.
El más alto rió. Joder, era una risa dulce, no esa típica de villano que siempre ponía, y eso hizo que Mysterion se derritiera.
-Tranquilo, tú tampoco me gustas. Me refiero... Me atraes físicamente, porque, ¿para que mentirnos?, estás buenísimo.
-Oye, un respeto, urraca.
-Ese apodo me gusta más... Las urracas roban cosas brillantes. Una pena que no tenga la fuerza para secuestrarte, Mysty.
-Sigue soñando, marica. Sigue soñando.
Las luces se intensificaron, y las llamas empezaron a extinguirse.
-Adios, Mysty.
-Adios, urraca albina.
Aún así, sus manos no se soltaban. Los dos no paraban de mirarse.
-Deberias irte antes de que te arreste...
-Si, si... Adiós, Mysterion...
El chico le plantó un beso en la mejilla y huyó del lugar. Era lo mismo de siempre

Lo mismo de siempre CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora