illicit affairs

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Make sure nobody sees you leave
Hood over your head, keep your eyes down

Empezó como todo empezaba en mi vida. Rápido, sin aviso, casi fuera de mi control.

El baloncesto había sido una constante en mi vida desde que era pequeño. Mi padre siempre me había involucrado mucho en su fanatismo por el deporte; partidos, competiciones y prácticas, el caldo de cultivo idóneo para que acabase donde estaba, al frente del equipo oficial de la universidad.

Cuando empecé no era bueno, es más, casi siempre pasaba los partidos en el banquillo. Mi amor por el deporte no fue natural en absoluto, sino impuesto. Tras varios cambios de entrenador y la presión de mi círculo más cercano, empecé a tomármelo mucho más en serio, como una posibilidad seria de futuro.
Pronto empezaron notarse mejorías en mi juego, hasta que fui el jugador más estimado del equipo. Fue entonces cuando decidieron nombrarme capitán y el resto es historia.

Todo dio comienzo en uno de los que catalogaría como peores días de mi vida. Acabábamos de perder uno de los partidos más importantes, del cual dependía un aumento de nuestra financiación, y por una diferencia estrepitosa de canastas.

El ambiente después del partido, naturalmente había sido horrible, pues nadie quería asumir la responsabilidad de una realidad; la habíamos cagado y mucho. Estábamos todos en el vestuario y no se oía ni un alma, es más, parecía un velatorio. Hacíamos nuestra rutina de manera casi robótica, como si de una fábrica en cadena se tratase: mientras que empezaban a salir jugadores de la ducha, otros se metían y viceversa. Llegó un punto en el que yo fui el único que se quedó en todo el vestuario.

"Hoy has estado horrible." Una voz detrás mío llamó mi atención.

"Bueno Martin qué tal si me dejas de tocar los cojones y te preocupas más por tu equipo de fútbol, ¿eh?" Dije sin ni siquiera darme la vuelta.

"Juanjo, cuando alguien hace su trabajo bien, se dice, y cuando se hace mal, también. No has capitaneado bien, y te lo digo como capitán del equipo de fútbol que tiene que pasar por lo mismo que tú."

"Perdona pero eso es falso. A vosotros el dinero nunca os falta, siempre podéis viajar a campeonatos y a donde os toque ir. A nosotros no nos dan ni un céntimo, así que no, no tienes que pasar por lo mismo que yo." Le contesté malhumorado.

Después de un largo silencio me contestó.

"Igual es porque nuestras estadísticas sobrepasan las vuestras por bastante, pero eso puede ser mi opinión."

"También puede ser porque el fútbol es el eterno sobrevalorado, pero de eso mejor no hablamos."

"Estás soltando todo tu rencor sobre mí porque sabes que tengo la razón. No digo que seas mal capitán Juanjo, al contrario. Pero nunca se alcanza la perfección con palabras bonitas."

Me di la vuelta finalmente, haciendo contacto visual con él, que estaba apoyado sobre una pila de taquillas.

"Igual deberías hacer que te dejase de importar tanto mi actuación como capitán y mi perfección." Le dije de manera mordaz.

"Sólo quiero lo mejor para el equipo."

"Ya, pero sólo me machacas Martin. Siempre te llenas la boca de palabras necias para mí. Deja de ponerte tan prepotente cuando además esta liga tu equipo ha descendido bastante en comparación a otros resultados de años anteriores."

"Sigue diciendo lo que quieras para sentirte mejor contigo mismo."

Llegué a un punto de ebullición emocional, en el que me levanté y cogí mis cosas, que estaban encima del banco con bastante agresividad.

Majos (Taylor's Version) OT 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora