today was a fairytale

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Today was a fairytale
You were the prince, I used to be a damsel in destress
You took me by the hand and you pick me up at six
Today was a fairytale

Los principios nunca fueron fáciles.

Al menos eso es lo que dijo su madre a Martin mientras le acariciaba el pelo suavemente intentando que se durmiese. El niño había estado disociado durante el cuento de antes de dormir y al final no había podido evitar expresar el pavor que le causaba empezar primero de primaria.

Le daba miedo que el colegio dejase de ser divertido; no quería renunciar a los días enteros jugando en infantil y al balancín de su recreo, tampoco quería renunciar a la siesta que se echaban después de comer en el comedor. No quería ser un niño grande y definitivamente no quería hacer ni sumas ni restas, qué aburrido.

Su madre le aseguró que no pasaba nada, que también se iba a divertir e incluso jugar y que no tardaría en hacer muchos amigos. Martin negó eso vehemente, siempre siendo un poco catastrofista.

Lo que Martin no veía venir era encontrarse a un chico como Juanjo el primer día de clase.

Juanjo era un niño curioso; su carácter ruidoso y extrovertido no tardó en llamarle la atención. Hablaba en voz muy alta y no le importaba contarle sus secretos a la gente con tal de hacerlos reír, incluyendo a sus profesores. Era un trasto, pero un trasto monísimo y muy cantarín que no tardó en encandilar a todo el mundo, el pequeño Martin incluido.

Al principio se limitó a mirarlo desde lejos. Martin aún se estaba adaptando y no había terminado de salir de su cascarón, dejando que su timidez pudiese con él. Sin embargo, el aura familiar del otro chico era muy atrayente y no tardaron en empezar a hablar, haciéndose inmediatamente amigos.

Entonces se volvieron uña y carne.

El carácter tímido que había caracterizado a Martin los primeros días desapareció completamente, dando paso a una versión suya mucho más movida, convirtiéndose en una persona extremadamente dicharachera y cantarina, aunque tranquila en comparación al temperamento de Juanjo.

El problema de esta mezcla explosiva era que en el momento en el que se juntaban no podían parar de hablar de cualquier cosa, les daba igual. Los profesores no paraban de llamarles la atención y siempre les sentaban en puntas separadas para no entorpecer la clase, aunque no servía para nada, ya que Juanjo era capaz hasta de hablar con las piedras.

Así pues, cuando terminó el curso no había una concepción exclusiva de Juanjo o de Martin, no, eran Juanjo y Martin, Martin y Juanjo, y siempre estaban juntos, eran un pack.

El último día de curso fue bastante agridulce para Martin; se alegraba de que las vacaciones de verano llegasen al fin pero era consciente de lo mucho que tardaría en ver a Juanjo de nuevo, ya que el chico le había contado que nada más empezar las vacaciones iba al pueblo, a pasar el verano con sus abuelos.

Hicieron una especie de fiesta en clase, por ser el último día; les dejaron dos horas de recreo y encima coincidió con el cumpleaños de Ana, una compañera de clase, que les había llevado un cucurucho lleno de chucherías.

En cuanto recibieron las noticias, todos los niños salieron en estampida de clase. No tardaron de hacer piña en el recreo; mientras que casi todos se fueron a jugar al fútbol, Martin y Juanjo se quedaron algo más rezagados, junto a Sandra y Lidia.

"¿Queréis jugar a mamás y papás?" Preguntó Sandra, algo tímida, viendo que ninguno estaba hablando.

"Vale." Respondieron al unísono.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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Majos (Taylor's Version) OT 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora