it's nice to have a friend

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School bell rings, walk me home
Sidewalk chalk covered in snow
Lost my gloves, you give me one
"Wanna hang out?"
Yeah, sounds like fun
Video games, you pass me a note
Sleeping in tents

Martin, al final te terminas acostumbrando.

Era ya un mantra, que me repetía cada vez que cambiaba de centro escolar. El mismo proceso siempre; entrar en un nuevo colegio, presentarse a todos y tratar de hablar con alguien de clase después. Siempre me había funcionado, sin embargo, sabía que esta vez iba a ser más complicado. Cuando tienes ocho años es fácil hacer amigos, cuando tienes doce, es cuestión de suerte.
La gente empieza a cambiar.

No era ignorante, sabía que cada vez los grupos eran más cerrados, y yo tampoco destacaba por ser una persona extrovertida.

El sonido del timbre acompañaba mi andar pausado, mis manos sujetando las correas de la mochila y enroscándolas de los nervios que me causaba la situación.

Traía un discurso armado de casa, había usado el mismo desde los dos últimos colegios en los que estuve.

Respiré hondo.

Inspira.
Expira.
Inspira.
Expira.

"Martin esta es tu clase." Uno de los jefes de estudio me había acompañado a mi aula. "No te preocupes, son gente maja. Si tienes algún problema, habla con tu tutora o ven a verme, ¿Sí?"

"Está bien." Le respondí tragando saliva.

Entré a clase con timidez. Yo sabía que la gente no se iba a reír de mí así porque sí, de hecho lo más normal es que me mirasen con curiosidad.

"Bueno chicos hoy tenemos un nuevo compañero que se va a quedar hasta fin de curso. Preséntate." Mi profesora me instigó con una sonrisa tranquilizadora.

"Buenos días soy Martin. Vengo de Getxo, en el País Vasco, aunque hace bastante que no vivo allí. Mis pasiones son el baile y la música, aunque de mayor quiero ser biólogo marino, porque me encantan las tortugas." Me ruboricé al finalizar.

"Has quedado como un tonto. Ya tienes doce años, tu presentación ha sido demasiado infantil." Mi mente me torturaba sin parar. Racionalmente no era para tanto, pero no ver reacción por parte de mis compañeros se sumó a mis nervios iniciales.

"Encantada Martin. Puedes sentarte en el hueco libre del fondo, que no es de nadie. En cuanto termine la clase, Juanjo, el delegado te puede enseñar un poco el cole." Terminó señalando a un chico que se sentaba en primera fila.

El chico me miró, sonrió y me saludó levemente, a lo que le sonreí de vuelta y agaché mi cabeza hasta llegar a mi sitio.

La clase se pasó bastante lenta, y cuando el timbre para la hora del recreo sonó, suspiré de alivio.

Igualmente, la hora del recreo solía ser la más dura de todas, porque toca enfrentarse a la socialización.

Juanjo, el delegado, se acercó a mi mesa, sonriente.

"Te llamas Martín ¿verdad?"

"Solo Martin, sin tilde." Le contesté, arrepintiéndome segundos después. Seguro que ahora me odiaba.

"¡Perdóname Martin! Soy un poco despistado a veces."

"No te preocupes Juanjo, es normal equivocarse." Le reafirmé, no queriendo que se sintiese mal por esa tontería.

Majos (Taylor's Version) OT 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora