𝐂𝐎𝐍𝐅𝐔𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒; ━━━━━ 𝐫𝐡𝐞𝐚 𝐫𝐢𝐩𝐥𝐞𝐲 / 𝐝𝐚𝐤𝐨𝐭𝐚 𝐤𝐚𝐢

𝟎𝟑.

MARTES DOS DE AGOSTO, 2022, 7:00AM

El amanecer de un martes se anunciaba fuertemente. Los rayos del fuerte sol alumbraban la ventana, traspasando las cortinas. Demi aún parecía dormir tranquilamente como un bebé abrazando por la espalda a su pareja, Monse, quien ya se encontraba despierta, aún acostada sobre la cama con una ligera sonrisa.

Monse solo podía admirar todas y cada una de las facciones de su novia, desde su cabello corto pelinegro perfecto, sus ojos cerrados con sus pestañas sobresaliendo, sus labios que amaba besar, y todas y cada una de las perfecciones que irradiaba Demi.

Monse sonreía, amaba ver a su novia tan pacifica y tranquila, pero era hora de despertar e ir a desayunar. Además, quería pasar un rato en compañía de Demi antes de su salida con Cheree.

Agacho su cabeza ligeramente hacia el rostro de Demi, depositando dos besos cortos en su frente. La removió un poco, hasta que consiguió que poco a poco Demi abriera los ojos, encontrándose con los ojos de Monse, aún somnolienta, Rhea talló sus ojos acostumbrándose a la luz fuerte que ya entraba en la habitación de hotel.

Ambas sonrieron mientras sus miradas conectaban.

—Es hora de despertar. —Monse sonrió mientras se sentaba en la cama, recargándose del respaldo.

Demi sonrió, imitando la acción de Monse, sentándose sobre la cama. —Con amaneceres así de verdad no podría quejarme de ninguna manera.

Ambas sonrieron con ternura.
Monserrat se acercó hacia su novia, tomando su cuello con delicadeza para unir sus labios contra los de Demi.

Se separaron lentamente, Demi recargó su cabeza sobre el hombro de su pareja. —¿A qué hora te irás? —susurro.

—Tal vez a las doce y media, quedamos de vernos a la una de la tarde. —respondió, depositando un beso sobre la cabeza de Rhea, quien sonrió.

—Genial. Tenemos un tiempo para nosotras.

—Sí. —Monse sonrió.

—¿Llegarás muy tarde?

Monse negó ante la pregunta de su novia. —No lo creo. Ella sabe que tengo que regresar temprano, ahora tengo otras prioridades. —Rhea sonrió. —Tú eres prioridad.

—Está bien. —susurro. —¿No tienes hambre? Vayamos a desayunar.

—Sí, muero de hambre. —sonrió y depósito un beso corto sobre los labios de Demi.

(...)

Eran pasadas las once de la mañana, Demi y Monse ya habían desayunado y habían entrenado durante un corto tiempo.

—¿No puedes cancelar? No quiero estar sin ti. —dijo Demi, abrazando a Monse por la nuca.

Monserrat hizo una mueca y negó. —Te prometo que no tardaré. Estaré aquí, contigo, antes de las cuatro de la tarde.

—¿Me prometes que no tardarás?

Monse miro con ternura a Rhea asintió. —Te lo prometo. —sonrió de manera sincera y amorosa. —Iré a darme un baño, ¿vienes?

Demi asintió con una sonrisa, ambas pasaron a la bañera. Se deshicieron de las prendas de ropa que llevaban, y el agua que tenía una agradable temperatura comenzó a caer, mojando los cuerpos de ambas chicas.