La escuelita del terror: Parte Uno

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2003

Sus padres peleaban en el viejo auto color rojo, Jen para este punto, se limitaba a quedarse quieta y mirarlos, cuando tenía cuatro se ponía a llorar y su mamá la tomaba en brazos, cuando tenía ocho se limitaba a gritarle que se callara. Y a partir de ese día, ahora solo los mira, ni siquiera los juzga, solo los mira.

Estaban frente de la iglesia, lo que le parecía extraño era estar aquí un lunes por la mañana, solo salían juntos en ese viejo carro los domingos. Le ordenaron que bajara, ella obedeció, ellos siguieron peleando en el auto.

Llevaba puesta ropa ancha, demasiado ancha y calcetas largas con una gorra que le robo a su padre. La noche pasada, corto su cabello, y su mamá se molestó mucho. Jen no dijo nada, pero se sentía bien de ver aquel aspecto masculino en ella, y aunque ocasiono gritos en la sala de abajo, Jen fingió que no le importaba.

Entro a la parte inicial de la iglesia, donde estaban las bancas y se sentó en el colchón debajo de ellas, donde todos se arrodillaban, dándole la espalda al Jesucristo en la cruz. Si su madre la hubiera visto, le hubiese jalado las orejas.

- ¿Qué haces aquí? -Dijo Carly Mara, mirándola desde detrás de la banca -. No hay misa.

Jen entrecerró los ojos, no respondió.

- ¿Siempre te caigo tan mal?

Carly tenía, en aquel entonces, cuatro años más que Jen aunque se veía de la misma complexión y estatura; prácticamente ya vivía en la iglesia, pues pasaba todos los días ahí ayudando y sirviendo junto con las monjas. Jen había escuchado sobre el internado que la iglesia había organizado hace un par de años, pero no sabía mucho sobre eso porque todos evitaban hablarlo, pero tenía sus sospechas que Carly estaba involucrada en ello.

Era muy extrovertida, la típica niña que se entrometía en todo y al mismo tiempo no le interesaba nada. Jen sentía curiosidad por ella, pero sus padres no permitían una amistad o interacción de ningún tipo por el historial que le procedía.

-Se te ve bien ese corte-dijo Carly, intento inclinarse para tocarlo, pero casi se cae.

Jen miro por todos lados, esperando a que sus padres aparecieran para por fin irse a su casa, y mientras Carly hablaba y hablaba más, Jen empezó a sentir más desesperación.

Y llego la noche, sus padres no regresaron.

Al menos, Carly se había quedado con ella mirándola desde su rincón cuando Jen empezó a llorar y desesperadamente buscar a sus padres por toda la iglesia. Las monjas tardaron en llegar, para que con su voz suave y tranquila la invitaran a comer.

Jen se rehusó a comer, y mientras todos los niños menores de 20 años sorbían su sopa de habas, ella estaba cruzada de brazos mirándolos con desaprobación.

-Espero que te guste la sopa con zanahoria-le dijo Carly, aun no la dejaba sola. -No es tan malo el CDRDP.

- ¿Qué es un CDRDP? - preguntó.

-Centro de rehabilitación de problemas- respondió -. Una tontería. Si, lo sé. Ya me imagino a los estúpidos de nuestros padres o quien sea que te haya metido aquí pensando: «Oh, que genial seria mandar a mi hijo a un internado » ¿Te gustan las niñas?

Jen la miro, desconcertada, Carly enserio era desesperante si pasaba casi todo el día contigo.

-A mi si- Carly sonrió -. Son bonitas, creo que por eso estoy aquí.

¿Le gustaban las niñas? No se lo había tomado de esa manera, no lo había pensado de esa manera. Tenía suficiente conocimiento para saber que eso no era normal por las pláticas de sus padres o con sus amigos criticando a una pareja de hombres que vivían en la vecindad, lo que decían sobre ellos no era nada buen.

El Verano En El Que Te Conocí [VOL.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora