Marinette suspira, se muerde el labio inferior y sus dedos tamborilean a ambos lados de las caderas. Su madre, Sabine Cheng, le sonríe tranquilizadora.
"Respira hondo, querida", la anima Sabine. "Todos estarán encantados de verte en la fiesta".
"Claro..." Marinette ríe sin humor, asintiendo con la cabeza. "Por supuesto... Les he echado de menos".
"Y han estado reventando tu teléfono desde que te dieron el alta hace una semana", prosigue Sabine. "¿No tuviste ayer una videollamada con Alya y la mayoría de tus otras amigas?"
El recuerdo hace sonreír a Marinette.
"Sí. Duró mucho más de lo que se suponía", se ríe. "Lo siento, mamá..."
Sabine sacude la cabeza. "No te disculpes. Me encanta cuando te diviertes. Y también tienes buenos amigos".
"Lo hago", Marinette deja caer su mirada al suelo, una mano va a sujetar su antebrazo. "De verdad que sí..."
Un fuerte bocinazo ahoga las siguientes palabras de Sabine, y madre e hija se giran justo a tiempo para ver cómo un elegante vehículo blanco se acerca a ellas.
Marinette mira a su madre y se agarra el antebrazo con más fuerza. Con suavidad, Sabine le sujeta la muñeca y retira la mano de su hija de donde está colocada, acariciando la piel maltratada.
"No estás obligada a ir a ningún sitio al que no quieras ir, querida. Esa elección es sólo tuya".
Marinette respira hondo, estabilizándose.
"Me voy", dice, con voz temblorosa. Se aclara la garganta y repite. "Me voy".
Sabine le sonríe, le devuelve el abrazo que Marinette le da y la ve entrar en el coche, la saluda con la mano y cierra la puerta.
La mujer permanece en el mismo lugar frente a la panadería de la que es propietaria con su marido durante minutos y minutos, sólo se da la vuelta y entra en el edificio una vez que el gran vehículo desaparece de su vista. Asiente con la cabeza y sonríe a su marido, mostrándole también el pulgar hacia arriba. Detrás del mostrador, Tom Dupan suspira e imita el gesto de su mujer.
Se ríen un rato y vuelven al trabajo.
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Chloé se esfuerza por no fruncir el ceño ni rebotar.
¿Dónde está? pregunta su mente, medio molesta, medio preocupada. ¿He presionado demasiado? ¿No viene? Por un instante, el pánico se apodera de su mente y de sus facciones. ¿Me está abandonando?
"Eh, ¿Chlo?" Adrien viene al rescate, tocando ligeramente el hombro de su novia. "¿Quieres compañía?
"Siempre", le sonríe Chloé, apoyándose en él, relajándose de inmediato. "Siempre cuando eres tú el que se ofrece".
Adrien se sonroja, rascándose la nuca. Se inclina para besar la frente de Cloe, sonriéndole al mismo tiempo que la abraza por la cintura con un brazo.
"¿Crees que vendrá?" pregunta Chloé, bajando un poco la sonrisa. A Adrien se le estruja el corazón dentro de la caja torácica. "¿Marinette?
"¡Claro que vendrá!". Adrien asiente con la cabeza. "Ya la conoces. A veces es tímida. Seguro que está de camino".
"Cierto", declara Chloé, asintiendo también. "¡Tienes razón! Vendrá. Sería ridículo que no viniera. Completamente ridículo. Y Marinette es muchas cosas, incluso hace el ridículo delante de nosotros casi a diario, ¡pero no es una persona ridícula!".
"¡Eso es!" Adrien la anima. Luego, se lo piensa mejor. "Aunque, ¿quizá no la llames ridícula de ninguna manera cuando llegue?".
"¡Oh!" resopla Chloé, riendo. "¡No te preocupes, Adrikins! Me he vuelto muy hábil para no expresar cada uno de mis pensamientos en voz alta. ¿No te has dado cuenta?
Adrien tararea, arqueando una ceja. Chloé jadea y le hace un mohín.
"Estoy bromeando, mi reina", le asegura Adrien, inclinándose de nuevo, esta vez para besarla en la punta de la nariz.
Las mejillas de Chloé se tiñen de un suave rosado. Se queda mirando las esmeraldas de su novio y toma una decisión.
"¿Adrikins?", le llama.
"¿Sí, Chlo?", responde él.
Chloé mueve los brazos para sujetarle por los hombros, las manos se mueven para tirar ligeramente del cuello de su camisa de vestir.
"¿Puedo...?"
Adrien le rodea la cintura con el otro brazo, abrazándola así.
"Sí, por favor.
Satisfecha, Chloé lo acerca y presiona sus labios contra los de él.
Es un beso suave, una conexión casta entre sus bocas que apenas dura. Pero Adrien no ha terminado, porque apenas unos segundos después de que Chloé rompa su primer beso labio con labio, él va a por un segundo. Éste dura un poco más. Y cuando llega un tercero, se encuentran a mitad de camino.
Un bocinazo les sobresalta y Adrien se pone delante de Chloé con un movimiento rápido, los ojos se le abren de par en par y su actitud protectora se desvanece al ver a Marinette bajando del coche que Chloé ha enviado a su casa.
Detrás de él, oye suspirar a Chloé. Se hace a un lado, la coge de la mano y camina con ella para saludar a su amiga.
"Ya estás aquí", le dice Chloé a Marinette, con destellos en sus ojos azul cielo. "Por fin".
"Estoy aquí", Marinette asiente con la cabeza, sus ojos azules van de Chloé a Adrien y viceversa. "Por fin.
"Estás guapísima", elogia Adrien, con una suave sonrisa en la cara. Chloé asiente a las palabras de su novio. Marinette se sonroja, sólo para negar con la cabeza a continuación.
"Gracias, pero..."
"Sin peros", interrumpe Chloé, ofreciendo su mano libre para que Marinette la coja. "Esta noche no. Hoy es tu gran día. Disfrútalo, ¿vale?"
Marinette aprieta los labios. Respira hondo y coge la mano de Chloé.
"Vale".
Con la mayor sonrisa que Marinette le haya visto nunca, Chloé asiente.
"Ven con nosotras, entonces. Todo el mundo se muere por verte".
Marinette se sorprende cuando la pareja se separa y Adrien pasa a cogerle la mano izquierda.
Juntos, rubio y azulada se dirigen hacia la puerta de entrada del hotel Grand Paris.
Chloé, de pie a la derecha de su primera amiga, su novio al otro lado de dicha chica, resplandece, contenta con sus primeros bocados del mundo que ha probado hasta ahora.
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Ready to eat the world || Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir
FanfictionAU - Donde Chloé fue educada en casa desde los 6 años. Y ha estado saliendo con Adrien desde los 12. * Chlodrien Ahead.