Primera confesión

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Al día siguiente los padres de Phillip llegaron a la casa, alegres y contentos de volver a ver a su hijo.

—— ¡Mamá, papá! —— corrió Phillip para ir a abrazar a sus padres.

—— ¡Hola hijo! —— abrazó con fuerza la madre a su hijo, dándole unos cuantos besos en la frente y las mejillas, a los cuales Phillip sólo reía.

—— ¿Cómo les fue en su viaje?

—— Pesado, la nieve bloqueó todo el camino de regresó. —— dijo el padre quitándose su saco y dejándolo en el perchero de la entrada.

—— Lamentamos dejarte solo hijo, pero no podíamos interrumpir tus estudios.. —— dijo la madre con algo de pena por dejar al rubio sin el cuidado de una niñera.

—— No importa mamá, pude cuidarme yo solo!

—— ¿Ya ves? Te dije que sabe cuidarse él mismo —— dijo el padre con intentó de hacer saber a la madre de que tenía la razón, está última solo bufó y fue a la cocina a dejar unas bolsas.

—— ¿Y tus amigos? —— continúo el padre haciendo plática con su hijo.

—— Muy bien, estuve hablando un poco con Butters y con Tweek anoche, hicimos una pijamada en llamada y nos quedamos viendo películas!

—— ¿Y se divirtieron mucho?

—— ¡Sip! Pero tuvimos que despedirnos porque a Butters lo iban a castigar si no se dormía temprano..

—— Vaya.. que mal..

—— Mmm, ¿Y tu amigo Damien, hijo? ¿Lo invitaron a él también? —— preguntó la madre desde la cocina escuchando todo.

—— Espera, como que-.. Agh, ¿Todavía te sigues juntando con ese chico? —— pronunciar el nombre del pelinegro sacaba de sus casillas al padre. 

—— Querido. —— se acerco la madre a la sala.

—— ¿Acaso no lo ves cariño? ¡Es un delincuente, un maleducado y mala influencia para nuestro hijo!

—— Papá.. Damien no es así... —— trato de aclarar el pobre Phillip, pero su padre no lo quiso escuchar y lo interrumpió.

—— No importa, no quiero verte con él otra vez, y esta vez es en serio. —— le advirtió en forma de amenaza, mirando fijamente a los ojos cristalinos del pequeño con un semblante serio y ambas cejas fruncidas. Eso en el rubio provocaba que se tragué sus propias palabras con saliva, hacer enojar a su padre era en verdad un miedo para él, o para cualquier otro niño.

—— Pero- —— no quería seguir recibiendo regaños de su padre, o miradas amenazantes, y por más que quisiera defender a su amigo tenía que obedecer la palabra de su padre. —— Está bien...

– de todas formas ya no lo e visto... – se dijo para sus adentros con algo de tristeza. ¿A dónde habrá ido a parar su amigo? ¿Y qué estará haciendo ahora mismo?

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Mientras tanto, en otra parte...
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—— Hijo.. ¿Todo bien? —— llamaba Satanás a su hijo que estaba del otro lado de la puerta.

—— 5 minutos padre, podrías dejarme en paz.. POR SOLO 5 MINUTOS?!

—— Um, preguntó porque llegaste más molesto de lo habitual, hasta derrumbarse la pared de mi cuarto con más fuerza de lo habitual, ¿Enserio está todo en orden?  —— no hubo ni un minuto de silenció cuando la puerta fue abierta.

—— Todo esta bien, padre, ahora déjame en paz- —— apunto de cerrar de nuevo con llave, y volver a la oscuridad que lo acompaño todos estos años de su inmortal vida, Satán detuvo la puerta con la mano.

✦Azucar y limón✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora