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Taehyung no había pegado el ojo en toda la noche. Rodeado de esas cuatro paredes, las cuales sentía cada vez hacerse más y más angostas a su alrededor, sintiendo como las sábanas y suaves cobijas se pegaban a su adolorido ser, asfixiándolo. Giraba en la cama de un lado al otro, admirando las ventanas de la habitación y las paredes o el techo de vuelta.

Para Seokjin no había sido muy diferente. En realidad el alfa no estaba seguro de haber podido cerrar sus ojos por más de dos horas seguidas en la noche. Dormía por episodios breves de diez o quince minutos y de pronto una angustia lo invadía de pies a cabeza, haciéndolo levantarse del sofá que había elegido como cama aquella noche. Había deambulado por toda la casa en completo silencio, admirando la tranquilidad y el dolor que invadía a los integrantes de aquella familia, agonizando a cada segundo tras sentirse más vacío que antes y vislumbrando detalles en esa casa que estaba seguro, no había notado con anterioridad.

El omega dormía sobre la cama de invitados, aunque no estaba solo. En realidad su hermana Sejeong dormía con él, lo cual hacía aún más tediosa la situación. Taehyung agradecía en el fondo la inquietud de su hermana y la persistencia de esta para quedarse aquella noche con él y ayudarle a conciliar el sueño, o por lo menos intentarlo. Pero la verdad era que Sejeong era muy mala acompañante nocturna, y de por si el sueño parecía habérsele  esfumado aquella noche, con las vueltas y patadas que Sejeong daba inconscientemente en la cama, Taehyung comenzaba a arrepentirse y planeaba como devolver a su hermanita a su apartamento al día siguiente.

Jisoo dormía en la habitación de invitados contigua, completamente apartada de todos los pensamientos negativos y de la tristeza por la que el alfa y el omega pasaban en esos instantes y que, no les dejaba dormir. 

Seokjin se sirvió la cuarta taza de café de la noche para cuando el reloj estaba por dar las cuatro de la madrugada. Suspiró sintiendo una pesadez tremenda sobre sus párpados y recordó la conversación que había tenido en el cementerio horas atrás, antes de volver a esa casa con el corazón roto, un montón de sentimientos en la lengua y promesas vacías. No quería afrontarlo. Tenía miedo. Pero temía aún más por esos retoños que lo veían como un guía y que ahora dependían enteramente de él. Y de Taehyung.

¿Cómo podía hacerle para mostrar compostura e invitarles a seguir? Si ni siquiera él sabía como hacerlo.

Como el único alfa adulto que ahora rodeaba a los hijos de la familia Kim, sabía que en sus manos tenía una responsabilidad muy enorme. Y no tenía ni idea de como lidiar con ello. 

Envidiaba a Taehyung por un lado, pues aunque era un omega y malamente se decía que los omegas eran más sensibles o débiles, aquel ejemplar de dicha casta no hacía más que intentar salir adelante y mostrarse fuerte con los niños. Contrario a él, quien hasta ahora solo ponía muecas raras en su rostro, sonrisas planas, y se aislaba.

Taehyung bajó las escaleras. Esas que tanto le gustaban por como se dividían a la mitad para llevar a lados opuestos de la planta superior, y que tenían un toque precioso con la doble altura del recibidor y el pasillo principal de la casa. Se tomó de la barandilla intentando bajar con cuidado, pues aunque no había dormido muy bien, se encontraba despistado, y con los ojos sumamente pesados e hinchados. Caminó en silencio hasta la cocina, encontrándose con una maraña de sábanas y cobijas en el sofá principal y más grande de la sala de estar, intentando hallar la figura masculina y musculosa del alfa, encontrando nada más que un par de cojines vacíos y las mismas cobijas desordenadas. 

Las luces navideñas decorando la parte exterior de la casa y el jardín, así como el árbol de navidad apagado junto a las escaleras, le daban un infeliz y amargo recordatorio a Taehyung de que fecha sería al amanecer. Pasar el veinticuatro de diciembre llorando y enterrando a tus mejores amigos definitivamente era desastroso. Y el tener que lidiar al otro día en plena Navidad con la soledad y la pérdida sería como un fuerte golpe en los rostros de cada uno de los miembros de esa familia. Taehyung quería detener el tiempo.

INESPERADO // JINTAE (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora