El Sabor Del Pecado (Bnha +18)

TAMAKI AMAJIKI+18

Estábamos reunidos algunos integrantes de los diferentes cursos de la UA, un bar cercano al campus. Yo pertenecía a la clase 1A, y alrededor de la mitad de mis compañeros también estaban allí. Además, estaban los del curso de apoyo y los tres grandes de la UA. La noche prometía ser interesante.

Salía con Tamaki Amajiki, lo cual era complicado debido a su timidez, pero encajábamos bien. Nuestra relación no había avanzado mucho; él no daba el siguiente paso por su pena, y yo, por orgullo, tampoco.

La noche transcurría divertida. Estábamos algo divididos, cada quien con su grupo de confianza. Yo iba de un grupo a otro, llevándome genial con todos. El panorama era animado: el bakusquad haciendo bromas, el grupo de apoyo sacándole una que otra rabia a Bakugo, Mirio haciendo bromas espontáneas, Nejire hablando con Tamaki mientras él, con su cabello azul oscuro, tomaba cerveza y me miraba con una intensidad inusual.

Pasé de largo, suponiendo que estaban hablando de algo importante. Me encontré pasando la mayor parte de la noche cerca de Sero. No compartíamos mucho normalmente, pero esa noche conectamos bien. Hablamos mucho, principalmente sobre Mina, de quien gustaba, y le daba algunos consejos. Más tarde, nos unimos al grupo de apoyo, riendo, bromeando y bebiendo, hasta que sentí una fuerte mirada en mi espalda. Al girarme, vi a Tamaki con una expresión de fuego en su mirada.

Caminé tranquilamente hacia la mesa de los tres grandes. Mientras me acercaba, Tamaki se levantó y se dirigió al baño. Quedé desconcertada, ya que nunca había sido así, mucho menos grosero. Mirio, con una sonrisa incómoda, intentó calmarme:

—¿Mala copa? —dijo alzando una ceja.

—No, no, solo creo que nunca había bebido tanto. Solo dale tiempo... —respondió Nejire, intentando suavizar la situación.

Bebí de un solo sorbo mi cerveza y me dirigí al baño de hombres. Lo encontré lavándose las manos.

—¿Y bien? ¿Qué carajos te pasa? —le pregunté, recostándome en el lavamanos. Tamaki tardó en responder, terminó de lavarse las manos, sacudiéndolas para salpicar agua por todos lados.

—Estás usando un vocabulario simplemente grotesco. ¿Qué qué me pasa? Nada que te importe, o que te importe una mierda ya que, por lo que veo, solo usas un lenguaje atroz. Quizás así me entiendas mejor —respondió con un tono extraño.

Sorprendida, con los ojos abiertos como platos, lo vi salir sin decir más. Regresé con Sero, quien se quedó perplejo al escuchar la historia. Algo dolida, pedí una cerveza artesanal que no me cayó bien. Nunca fui buena tomando, y la combinación de mi orgullo roto y el alcohol no era ideal.

Pasaron alrededor de 40 minutos. Yo, con fuego en la mirada, no podía dejar de mirar aquella mesa. Por la puerta del bar entró un grupo de tres mujeres, que parecían conocer bien a los de último año. Tamaki, en particular, hablaba sin timidez con una de ellas, una rubia de vestido azul. Mis celos aumentaron al verla tocándole la cara. Me levanté con la intención de confrontarla cuando Sero me tomó de la cintura y me detuvo, quedando muy cerca.

—No es momento de hacer un escándalo. Es mejor que te lleve a los dormitorios —susurró al oído, lo que llamó la atención de Tamaki.

Asentí con la cabeza, tomé mi bolso y nos fuimos. El bar estaba cerca de la UA, así que no tardamos en llegar.

—Estaba cansado ya. Agradezco a tus celos por sacarnos de ahí. No sabía cómo irme. Denki no me dejaría ir así como así —dijo Sero mientras entrábamos en mi dormitorio.

Estaba cansada y hambrienta. Sero sugirió ir a la cocina, y nos pusimos a preparar pasta marinada. Era medianoche, pero reíamos tranquilamente ya que la mayoría de los compañeros estaban fuera. A la 1 am, estábamos en el comedor, disfrutando de nuestras pastas y un refresco. Comimos como si fuese nuestra última cena.