Un beso te pido-Kisspril [Dazatsu]

En la frente

~Dazai fem (Umiko Dazai)~

(...)

En la universidad de Yokohama se podía respirar el aire fresco de la primavera. Con los árboles de cerezo dando como siempre un bonito espectáculo para los jóvenes adultos de la institución.

Y mientras tarareaba una canción, Umiko Dazai se dirigía a su salón. Pero se detuvo un momento para contemplar las bonitas flores rosadas que caían con gracia en el suelo. Algunas quedaron enredadas en su cabello, pero Dazai estaba demasiado concentrada en contemplar los árboles que ni cuenta se dio.

—¡Dazai-san! Buenos días.

Cuando escuchó aquella voz, Dazai se preparó mentalmente para que lo latidos fuertes de su corazón dejaran escuchar a Atsushi.

—Buenos días, Atsushi-kun.

Los ojos de atardecer conectaron con los de color chocolate, siendo un choque tan cálido para Umiko. Demasiado cálido que hasta sintió sus mejillas más calientes de lo usual.

¿Cuándo se dará cuenta Atsushi que es su crush desde hace meses? Nunca lo sabría, pero era mejor así, o eso creía ella al menos.

—Oh, Dazai-san...—Nakajima se acercó sin más alzando su mano derecha hasta tocar los cabellos largos, con Dazai casi teniendo un colapso ahí mismo. Tomó algo que tenía ahí que no se había dado cuenta y lo mostró una vez se alejó un poco. --Tenía flores pegadas a su cabello, ya le quité unas cuantas.

—Que caballeroso, Atsushi-kun—sin pensarlo mucho, Dazai enredó su brazo en el cuello del contrario y comenzaron su caminata con normalidad. O bueno, ignorando el hecho de que Dazai estaba gritando internamente.

—Ah, Dazai-san...

—Dime.

Sus mejillas se colorearon, pero al final Atsushi negó un poco con la cabeza.

"¿Cómo invitarla a comer sin morir de la vergüenza, Yahoo respuestas?", pensaba Atsushi. Para él, Dazai era tan bonita y popular. A veces se preguntaba cómo estaba de amiga con alguien como Nakajima, tan simple y tímido.

Y que guardaba sentimientos por su mejor amiga de paso.

—¿Atsushi-kun? Tierra llamando al tigre—las risas de la castaña lo despertaron de su ensoñación, notando como esta lo había tomado de los hombros moviéndolo un poco.

—¡Ah! Lo siento, me quedé pensando...

—¿En qué cosa? —aquellos ojos de chocolate no le podían quitar la mirada de encima y Atsushi no se reía capaz de evitar su dulce mirada.

—En qué...¿Te gustaría salir a comer terminado las clases?

Bueno, antes esa propuesta solo la hubiera hecho feliz, pero actualmente y como estaban sus sentimientos, Dazai experimentaba una sensación de fuegos artificiales en su estómago.

—¡Por supuesto! —soltó un chillido entusiasmado, abrazando a Nakajima inconscientemente. Cuando se alejó, sus mejillas brillaban con un ligero carmín. —Yo encantada de salir contigo, ¿comeremos cangrejo?

—Lo que tú quieras.

Dazai no podía sentirse más enamorada ahora mismo. y como último gesto de felicidad y agradecimiento, ella tomó las manos de Atsushi, ignorando por completo las mejillas sonrosadas del otro, para acercarse y darle un beso en la frente sin más.

Cuando la emoción pasó a segundo plano, ambos se quedaron en silencio con las mejillas explotando de rojo. Atsushi rascó su mejilla y Dazai...bueno, Umiko salió corriendo.

—¡Nos...Nos vemos después, Atsushi-kun!

¿Qué acababa de pasar?

—Nos...vemos, Dazai-san...

Su mano quedó sobre su frente y su mirada en el camino por donde se fue la castaña. Tardó algunos segundos más en recomponerse y después volvió en sí.

Ese día estaba siendo bastante agradable, debía admitirlo.

Y en un salón de clases, sin un maestro todavía, Umiko Dazai tenía sus manos en sus mejillas pintadas de carmín. Pero una sonrisa enorme estaba dibujando su boca.

—¿Crees que esté así por Atsushi?—susurró una compañera suya, Akiko Yosano a su otra compañera rubia. Ambas viendo la actitud actual de Dazai, tan ajena a todos.

—Son unos ciegos idiotas.

—Ni que decir, Kunikida. Pero ojalá se vuelvan pareja pronto, me carcome la ansiedad.

—No seas tan dramática.

Yosano solamente rió suavemente, observando a su amiga castaña.

Ojalá ambos aclaren sus sentimientos pronto. O moriría por falta del dulce chisme de sus amigos enamorados.