Ese mismo día, en la tarde .
—Amo Ulises, ¿cree posible acompañarme?
—Si, claro, ¿pasó algo más?
—Llegó la señorita Sasha Grey.
—¿Y ella quién es?_Le preguntaba a la sirvienta nueva, mientras caminaban a la sala de reuniones.
—Es, según su madre, su futura. . . esposa.
—Mi madre no ha desistido de esa absurda e incomprensible idea, sinceramente me está hartando la paciencia.
—Disculpe la intromisión en sus temas familiares privados pero, ¿usted quiere casarse algún día con una chica de familia rica o preferirá no fijarse en los recursos económicos de ella?
—Muy buena pregunta, aquí te tengo la respuesta: No me fijaría nunca en la posición económica de nadie. Además, no me quiero casar con una chica.
—¿Qué? ¿Eso significa que usted. . .?
—Que estoy muy estresado para pensar en un futuro matrimonio, aún soy solo un adolescente, debo vivir mi juventud, ¿no crees?
—Si, tiene mucha razón.
Ulises se adentra en la habitación, con un paseo vacilante y engreído.
—¿Usted es Sr. Ulises?_Pregunta la chica, que es la única que se encuentra en esa habitación.
—¿Dónde está mi madre? ¿Fue este encuentro, de quedarnos nosotros solos, planeado?
—Si, usted es Sr. Ulises.
—¿Qué deseas?
—Muchas cosas, ¿quién no?
—Si, pero hay una en especial y por eso te quieres casar conmigo: dinero.
—No me quiero casar con usted.
—¿Qué?
—Lo que más deseo y por lo que le pedí a vuestra madre que me permitiese hablar a solas con usted es: libertad.
—Continúa.
—Vivimos en pleno siglo XXI y quieren continuar con los casamientos por conveniencia, ya no estamos en la época medieval, ¿no cree?
—Si, es cierto.
—¿Entonces por qué perpetuar con esto?
—¿A dónde quiere llegar Sra. Grey?
—Escapemos de aquí.
—¿Qué?
—No estoy loca, pero sé que viviré mejor despojada de esta riqueza absurda e inhumana en ese mundo exterior “lamentable” que aquí encerrada, en este otro mundo, atrapada en la época medieval, donde tratan a los casamientos, que deberían ser por amor, como una fuente principal y esencial de negocio familiar.
—Sé que no es el único motivo por el cual quiere huir de aquí. . . Soy muy bueno leyendo las miradas, ¿quién es?
—¿Quién es quién?
—La persona que allá afuera te espera.
—Eres bueno. . .
—Gracias.
—Es algo totalmente prohibido en mi familia, no sé en la vuestra, pero es una chica, el amor de mi vida.
—Oh. . .
—¿Tiene algún problema al respecto Sr. Ulises?
—Voy a tomar algo de aire, regreso en 15 minutos.
Sin más, abandonó corriendo la habitación. Dejó allí a la chica abismada por su reacción tan. . . rara.
“Es una chica homosexual, una chica lesbiana. . .Nunca había conocido a nadie con gustos sexuales diferentes a los tradicionales. . . Excepto yo. Pensaba que era el único en la ciudad pero ahora que lo pienso, muchas personas pueden tener preferencias sexuales completamente diferentes a las impuestas desde los principios de los tiempos y nadie nunca si quiera imaginarlo, como yo ahora, ni siquiera pensaba en que la Sra. Sasha pudiese tener esa preferencia ¿Acaso yo si lo aparentaré? Miriam una vez, cuando hablamos de este tema, me dijo que nadie parece ser lo que en realidad es. Eso puede significar muchas cosas, pero en este tema que: no hay que parecer ser gay para serlo.”
“No sé que responderle a Sasha. No quiero sonar grosero con ella, bastante ya lo fui desde que entré en la sala de reuniones. Quiere escapar, ¿cómo? Además, debería de temer por su vida, cuando Miriam habló conmigo del tema, no pasaron más de 5 horas y ya la habían asesinado. . . mi propia madre.”
Ulises regresa a la sala de reuniones. Sasha se encuentra nerviosa, no sabe como fue la reacción del chico, se fue con cara neutra aunque algo preocupado.
—¿Cómo, cuándo, dónde y qué, debo de hacer yo para que este plan de escape se efectúe correctamente? No soy el mejor de esta familia, pero no voy a continuar con ellos hostigando mi vida y desiciones.
—Me gusta esa actitud. Por cierto, no nos hemos presentado correctamente: Soy “La Señorita Sasha Grey, Princesa y Heredera de la enorme fortuna de Carlos Alberto” para la sociedad y la prensa, pero puedes decirme Sasha.
—Mucho gusto, Sasha. Yo soy “El Señorito Ulises López, Príncipe y heredero de la incalculable fortuna de Angélica Tercera”, para ti: Ulises.
—Creo que nos llevaremos muy bien.
—Eso espero. . .
ESTÁS LEYENDO
«Serendipia»
Romance-Serendipia- Un hallazgo inesperado y afortunado. ¿Es posible hallar lo imprescindible en una situación de caos, volviéndose así... un tesoro?