ʀᴇᴀᴅʏ ꜰᴏʀ ʜᴇʀ /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AU

Prólogo: El ᴀᴍᴏʀ ᴘᴜᴇᴅᴇ ꜱᴏʀᴘʀᴇɴᴅᴇʀᴛᴇ. ʏ ꜱᴇʀ ᴛᴏᴍᴀᴅᴀ ᴘᴏʀ ꜱᴏʀᴘʀᴇꜱᴀ ᴀᴘᴇꜱᴛᴀ.

*

Kara & Kenny,
28/ junio / 2014
Boda tradicional en la iglesia

Kara nunca había sido tan feliz.

Nunca en su vida. Como para enfatizar ese hecho, comenzó a sonar Happy de Pharrell Williams, y ella se movió un poco con su vestido de novia.

—Dios mío, esta canción está tan exagerada—, dijo Imra poniendo los ojos en blanco. La mejor amiga de Kara había perfeccionado totalmente la apariencia para que fuera la combinación perfecta de enfado y aburrimiento.

—En camino a ser la canción número uno del 2014—, dijo Kara, estudiando su reflejo en el espejo de cuerpo entero.

—Pero fue lanzado el año pasado—. Dijo  Alexandra, su hermana, al otro lado de la habitación.  La profundidad del tono habría hecho que los extraños pensaran que la vida de Alex dependía de que el Sr. Williams no alcanzara el estatus de canción del año.

—No me importa—, dijo Kara. —Es perfecta. Es la canción perfecta para el día, ¿no creen?— Ella extendió sus brazos. —Vengan aquí. Vean—. Rodeó a Imra y Alex con sus vestidos de dama de honor color rosa suave y se quedaron paradas frente al espejo. —No me importa esta canción estúpida y exagerada porque este es el día más feliz de mi vida. Y estoy muy feliz de que estén aquí conmigo.

Los ojos de Imra se llenaron de lágrimas y Kara sintió que su brazo se tensaba en su cintura. —Yo también—, susurró Imra.

—No querría estar en otro lugar—, respondió Alex. Y Kara pudo ver la mirada llena de amor en su hermana.

Se quedaron así por un momento, en el salón nupcial de la iglesia, solo ellas tres, y contemplaron su reflejo. Finalmente, Kara le dio a Imra un pequeño empujón suave. —Bueno. Váyanse. Díganle a los demás que sólo necesito un momento a solas, ¿si? Les avisaré cuando esté lista.

—¿Charla de ánimo?— Alex preguntó con una sonrisa.

—Me conoces bien.

Imra puso una mano en el hombro de Kara y le dio un tierno beso en la mejilla. —Estoy muy feliz por ti, K—. Luego salió con Alex siguiendola y la puerta se cerró detrás de ellas, y solo estaban Kara y el espejo.

—Es casi la hora—, dijo en un susurro mientras presionaba una mano contra su estómago y estudiaba su reflejo. —He estado esperando este día desde que era niña. No puedo creer que esté aquí. Estoy tan nerviosa y tan feliz y…— Dejó que sus ojos se empañaran pero no se permitió ir más allá de eso. Su maquillaje había tardado demasiado y era muy perfecto. —Lo tienes. Pasará volando, pero asimila todo. Recuérdalo para siempre—. Inhaló profundamente y lentamente y se estaba recuperando cuando alguien llamó suavemente a la puerta. —Ya voy—, gritó, sacudiéndose todo el cuerpo.

La puerta se abrió y era Kenny, y Kara jadeó.

—¿Qué estás haciendo? ¡Vete! No puedes verme antes de la boda. ¡Es de mala suerte!

La sonrisa de Kenny era triste. —Lo siento mucho—, dijo en voz tan baja mientras se acercaba que ella casi no lo escuchó. Y Kara lo sabía. En ese momento ella lo supo. Conocía su rostro, sus ojos, su voz, y sabía que esas tres breves palabras estaban a punto de destruirla, y lo que había comenzado como el día más feliz de su vida estaba a punto de convertirse en el peor. Su corazón comenzó a latir con fuerza en su pecho y miró a Kenny. Su cabello oscuro, el cabello que ella amaba cuando estaba todo despeinado, ahora estaba cuidadosamente domesticado. Miró su rostro bien afeitado que ella sabía luciría una sombra de cinco en punto a las dos de la tarde. Al esmoquin devastadoramente atractivo con el que se parecía a James Bond. Sus ojos oscuros estaban tristes y húmedos, y ella podía oler que ya había tomado una copa, o tal vez más. Probablemente más. Pero había algo más en sus ojos mientras hablaba. Después de su disculpa, comenzó con: —No puedo hacer esto—, y esas fueron las únicas palabras que Kara había podido escuchar antes de que el torrente de su propia sangre en sus oídos ahogara el resto. Pero sus ojos...