𝑭𝒊𝒓𝒆'𝒔 𝑳𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚: 𝑩𝒏𝒉𝒂 𝒙 𝒐𝒄

(00).すべては何かから始まります

サマリー！
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CUANDO EMPECÉ LA SECUNDARIA SUNEI, pensé que sería una etapa emocionante. Pero no pasó mucho tiempo antes de que empezara a notar las miradas y los susurros detrás de mi espalda. Al principio, pensé que solo era mi imaginación, pero pronto me di cuenta de que era más real de lo que me imaginaba.

Una tarde calurosa de mayo, mi secundaria tenía la tradición de organizar un torneo deportivo. Después de las clases, estaba en el campo de deportes practicando para el torneo escolar. Había estado trabajando duro durante semanas para mejorar mis habilidades. Mientras me agachaba para hacer estiramientos, escuché a dos compañeros hablando cerca de mí.

-¿Viste a Mai? Parece que se está esforzando mucho -dijo uno de ellos con un tono burlón.

-Sí, pero vamos, todos sabemos que solo está aquí porque sus padres son héroes famosos, sino sería una triste vagabunda. -respondió el otro entre risas.

Sentí cómo mis cabellos rojizos se elevaban y el calor subía por mi cuello y mis mejillas. Traté de ignorarlos, pero las palabras se clavaron en mi pecho como cuchillos. Estaba tan cansada de escuchar eso, pero seguí estirando y mantuve la cabeza baja para que no vieran mis ojos llenos de lágrimas.

El día del torneo, di lo mejor de mí. Gané mi evento y, por un momento, me sentí feliz y orgullosa. Pero entonces escuché otra vez esos susurros.

-Claro que ganó, con padres como esos, ¿quién no lo haría? -dijo una chica del público.

-Seguramente su papá habló con el entrenador -añadió otro.

Mi corazón se rompió un poco más. Me sentí impotente y furiosa al mismo tiempo. ¿Acaso no podía ganar algo sin que la gente pensara que todo se debía a la fama de mis padres? Me alejé del campo, tratando de contener las lágrimas, pero fue inútil. Me paré detrás de un cubículo sucio y lloré en silencio.
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Los sollozos de la chica fueron escuchados por un chico de cabello bicolor. Mai levantó su mirada al notar la presencia de alguien bajo el sol de verano.

-¿Qué quieres? ¿Reírte más de mí? ¡Vete! ¡No me importa lo que digas, así que, vete.-exclamó la chica, con lágrimas en los ojos, antes de dejarse caer al suelo. El chico de ojos heterocromáticos se agachó hasta su altura para observar detenidamente esos rubís de sus cuencas. Cuando Mai notó esto, se sonrojó aún más.

-No eres una suertuda, así que deja de llorar como una niña pequeña -dijo el chico, acariciando su cabello rojizo incorporándose para irse.

Luego se alejó, dejando a Mai con una mezcla de emociones que florecerían con el tiempo.