𝑭𝒊𝒓𝒆'𝒔 𝑳𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚: 𝑩𝒏𝒉𝒂 𝒙 𝒐𝒄

(01).全てに理由がある

第1章：蘇る炎
第1章：蘇る炎
第1章：蘇る炎
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EN NUESTRO MUNDO, LAS HABILIDADES SUPERHUMANAS, conocidas como "𝙌𝙪𝙞𝙧𝙠𝙨", son algo común hoy en día. Aproximadamente el 80% de la población tiene una particularidad que los define y el 20% restante es visto como "𝙢𝙖𝙧𝙜𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤" por no destacar de alguna manera. Los héroes y villanos con poderes increíbles son parte del día a día, mientras las personas como yo intentan encontrar su lugar en este nuevo entorno lleno de poderes.

De la noche a la mañana, pasé de ser una persona del montón a alguien con habilidades que me destacaban del resto. Enfrentar a mi propio poder no fue fácil; me di cuenta de que, con los Quirks, vienen grandes responsabilidades y riesgos. El camino a seguir era incierto, pero una cosa era segura: nunca más sería invisible ni podría volver a la normalidad que alguna vez conocí.

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La sala de ballet siempre me pareció un lugar de tranquilidad, con sus paredes blancas y espejos por todas partes. Me encantaba el ballet; era mi forma de sentirme libre y creativa. Pero esa tarde fue diferente, la peor que jamás viví.

Todo comenzó como siempre. Estaba en mi barra, haciendo ejercicios de calentamiento, cuando noté que la profesora, la señora Kawashima, me observaba con más intensidad de lo habitual. No era una buena señal. Ella tenía fama de ser estricta, pero yo pensaba que eso era parte del proceso de mejora. Me equivoqué.

—¡Mai, más alto! —me gritó mientras intentaba hacer un grand battement.

Hice lo posible por elevar la pierna, pero mi cuerpo simplemente no daba más. Aun así, no quería decepcionar a la profesora ni a mis padres. Pero la señora Kawashima no parecía tener paciencia ese día.

—Tienes que esforzarte más. ¿O es que te relajas porque tus padres son héroes? —dijo, con una frialdad que me heló.

Sentí que mis mejillas ardían de vergüenza mientras las otras chicas se reían entre dientes. Intenté una vez más, ignorando el dolor que empezaba a acumularse en mi muslo. Pero la profesora seguía insistiendo.

—¡Otra vez! —dijo con voz dura, haciendo que todas me miraran.

Intenté dar lo mejor de mí, pero el dolor aumentaba con cada movimiento. Cuando traté de levantar la pierna más alto, sentí un crujido y un dolor agudo que me recorrió el cuerpo. Grité y caí al suelo. Sabía que algo estaba mal, pero la profesora parecía indiferente.

—Levántate. No hagas un espectáculo —dijo, como si el dolor no fuera real.

No podía moverme. Intenté ponerme de pie, pero el dolor era insoportable. Las lágrimas comenzaron a caer y las demás chicas se quedaron en silencio. La profesora se dio cuenta de que algo realmente estaba mal, pero su expresión seguía siendo fría.

Ese día cambió algo dentro de mí. La humillación de ser ridiculizada delante de todas y el dolor físico dejaron una marca que no desapareció. Siempre amé el ballet, pero desde ese momento, todo fue diferente. Cada vez que intentaba practicar, recordaba el dolor y las palabras de la profesora. Me tomó mucho tiempo superarlo, y aunque lo hice, siempre quedó esa sensación de que el esfuerzo no siempre es recompensado, y que algunos solo quieren hacerte sentir menos.

Cuando me rompí el ligamento en la clase de ballet, todo cambió. Mis padres no le dieron mucha importancia, demasiado ocupados con sus vidas de héroes. No podía contar con ellos, pero al menos mi hermana mayor, Yumi, estaba allí para mí.

Después del accidente, el hospital fue un caos. Mis padres ni siquiera vinieron, enviaron a su asistenta para llevarme a casa. Cuando llegué, encontré a Yumi en la entrada, con un montón de libros en las manos. Estaba preocupada, pero intentaba no mostrarlo.