𝑭𝒊𝒓𝒆'𝒔 𝑳𝒆𝒈𝒂𝒄𝒚: 𝑩𝒏𝒉𝒂 𝒙 𝒐𝒄

(04). 「出会いと傷跡」

第4章：出会いと傷跡
第4章：出会いと傷跡
第4章：出会いと傷跡

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— Muy bien, para que los demás coged de ejemplo, los primeros en batallar serán Kimura y Hiroshi.

Me sobresalté en mi sitio sintiendo las miradas, y un sudor frío se deslizó por mi frente. Giré la cabeza para encontrar a Todoroki mirándome fijamente. Había algo en su expresión, como un pequeño brillo, que me dio un poco de confianza. Le sonreí mientras un calor subió a mis mejillas, y comencé a avanzar hacia la pista.

Hiroshi ya estaba ahí, con su actitud de siempre: extrovertido y un poco agresivo. Tan pronto como me vio, su expresión se tornó arrogante.

—¡Ja! ¡Te destruiré, Kimura! ¡Voy a demostrar que solo eres una chica estúpida que tuvo suerte! —dijo con una risa irritante que resonó por todo el campo.

Intenté ignorar sus palabras y me centré en mi Quirk. El profesor dio la señal para comenzar, y de inmediato, Hiroshi lanzó su primer ataque. Su Quirk, "Tormenta Eléctrica", le permitía lanzar ráfagas de electricidad. Eran rápidas, y apenas podía esquivarlas. El zumbido del rayo eléctrico llenaba el aire.

Sabía que necesitaba algo más. Mi única opción era Fire Wings. Sentí el calor acumularse en mi cuerpo, lentamente. Mi cabello comenzó a elevarse mientras el calor se intensificaba, y entonces, con un destello brillante, las alas de fuego se desplegaron desde mi espalda. El calor era intenso, y las llamas bailaban con fuerza. Hiroshi parecía sorprendido, pero no retrocedió.

Intenté volar, elevándome lo más alto posible, pero no tenía suficiente práctica. Perdí el control y caí en picado, luchando por recuperar el equilibrio. Hiroshi vio su oportunidad y lanzó un rayo eléctrico directo hacia mí. El rayo me golpeó con fuerza, y sentí una ola de dolor recorrer mi cuerpo mientras chocaba contra el suelo.

—¡Ja! ¡Te lo dije! ¡Eres solo una chica estúpida que tuvo suerte! —gritó Hiroshi, riéndose mientras yo luchaba por ponerme de pie. Me costaba moverme y todo mi cuerpo dolía.

El profesor intervino, dándose cuenta de que el combate se había vuelto peligroso. Se acercó y me ofreció ayuda para salir del campo, pero yo no quería parecer débil frente a los demás.

—Estoy bien —dije, aunque el dolor era intenso. Me levanté con dificultad, cojeando ligeramente, pero intentando mantener la compostura.

Salí del campo y me dirigí hacia la enfermería. Cada paso retumbaba en el pasillo, produciendo un sonido seco y pesado que resonaba con cada paso que daba. El dolor se sentía en cada movimiento, pero trataba de mantener la compostura.

Las puertas de la enfermería se abrieron automáticamente al acercarme, y el olor a desinfectante llenó mis sentidos. Me apoyé contra el marco de la puerta por un momento, tomando aire. A la enfermera, la señora Yamamoto, no le tomó mucho tiempo notar mi presencia.

—¡Kimura! —exclamó con sorpresa y preocupación, dejando de lado los suministros que estaba organizando para acercarse a mí—. ¿Qué pasó?

Traté de esbozar una sonrisa, aunque era difícil con el dolor que recorría mi cuerpo.

—Solo... un mal aterrizaje —dije, encogiéndome un poco por el malestar. No quería admitir que me había pasado de la raya y había perdido el control.