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Al otro día, al despertar, las plantas ya no eran verdes, ya no estaba esa selva abundante que habían visto aparecer, ahora todo estaba seco y negro, como si un incendio hubiera pasado.

Ambas se miraron con algo de incógnita, fue Freen quien se separó de las manos que siempre tenían unidas y fue hasta el cristal, viendo las plantas que tanto disfrutaba con vida ahora muertas.

Su mano se alzó frente al cristal, golpeando el vidrio con un dedo, nada pasó.

—¿Qué ocurrió? — murmuró Freen.

Becky miró alrededor, se sintió terrible que las plantas estuvieran muertas, y aún peor de no saber el por qué.

—¿Es una señal? — preguntó Freen, su ceño se frunció— ¿Y... Si nosotras seguimos?

—No— Becky habló en tono contundente—. No, Freen, no voy a permitirlo— se acercó a ella, colocando una mano en su cintura, acercándose a su rostro, dejando que la mayor se concentrara en sus ojos como siempre, hasta estar más tranquila.

Freen miró un momento los labios de la menor, y lo pensó un segundo, antes de alzar la vista de nuevo y posar sus labios sobre la nariz de Becky, en un diminuto beso.

—¿Te estás acercando de apoco? — preguntó Becky, con algo de burla.

Freen negó, con una sonrisa.

—Como técnicamente no lo recuerdo... Sería mi primer beso y quiero esperar un poco más...

Becky asintió, con una mueca en los labios.

—Sería una pena si lo robo— murmuró, recibió un golpe en el pecho de parte de la mayor, haciéndola reír.

—Tonta...

Y ninguna le prestó atención a las plantas mientras estas se deshacían en polvo, dejándolas con la misma nada que habían tenido desde el principio.

Lovely「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora