𝙉𝙪𝙢𝙚𝙧𝙤 𝙩𝙧𝙚𝙨

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-De verdad eres tu ¿verdad?- Pregunto Tom admirando el perfil de aquella que no se molestaba en verlo, pues ya sabía quien era.

-Soy tan real como tu al parecer.- Suspiro, tomando la copa de vino que ya había llegado a sus manos.

-¿Puedo...?

-No.... sea lo que sea. Quiero que te mantengas lejos de mi.- Por fin volteo a verlo conectando sus ojos como lo habían hecho la primera vez que se vieron directamente.

-Sigues siendo igual de decisiva.- Hizo una medio sonrisa.

Tom no había recordado dañarla la última vez que la toco, recuerda muy bien protegerla de un mal que podía lastimarlo a él. No le importo y fue por cualquier cosa, Vil no merecía que el le tuviera sentimiento de ninguna forma, pero aun así lo hacia.

-Pero a pesar de eso, me alegra verte fuera.- Apreto los labios satisfecha.

El suspiro parpadeando un par de veces deseando el como cuestionar.

-¿Podemos hablar alguna vez?- Se decidió.

-Aun recuerdo el daño que me hiciste Tom.- Apreto de nuevo los labios, ahora disgustada.

Era cierto que Tom la molestaba, pero ella solía llorar aveces de no aguantar los insultos de ese adolescente estúpido.

-Puedo...

-No quiero escucharte..- Vil esperaba haberse levantado de prisa pero Tom la detuvo del brazo.

-No estarás tan lejos...

-Estaré lo que sea suficiente.- Se soltó de el de un arrebato.

Tom solo pudo presenciar como su amada de iba rápidamente como si le tuviera algún especie de miedo. Sabía que el que hiciera un último bien no compensaría los tres años de infierno que le hizo pasar.

-Fue un error.- Hablaba con sigo mismo Tom, estaba bajo la lluvia mientras veía a los coches pasar con las luces encendidas tratando de no chocar.

El caminaba bajo aquella lluvia delgada y fría que atravesaba peor que nunca.

-No puedo perderla ahora..- Sentía la necesidad de ir detrás de ella.

Por fin se detuvo en su hogar antes de correr hacia atrás se adentro en el.

-¿Como te fue?- Bill estaba de brazos cruzados en el marco de la puerta hacia el cuarto de Tom.

-Parece que me odia.- Fingió una sonrisa.

-Lo hace ¿Que harás?- Suspiro viendo la ropa mojada de Tom y luego volvió a coincidir su mirada.

-No puede odiarme para siempre.- Se pasó a lado de Bill dándole un ligero empujón para después azotar la puerta.

[Al día siguiente...]

Tom cumplió la promesa de buscarla de nuevo, se dirigió hacia su universidad a la hora que ella entraba. Vil lo noto de lejos sintiendo un escalofrío por toda la espalda.

Se acercó a él cuidadosamente sin levantar sospechas.

-¿Que carajo haces aquí?- Susurro molesta.

-Viéndote.- Sonrío con la calma más pacífica fingiendo no acosarla.

-Pareces pervertido.

-Vine a demostrarte que no soy el adolescente de antes.- Sonrío de nuevo.

Tom no mentia, realmente no era el mismo de antes...

THE EVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora