- Capítulo 9 -

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Ambas mujeres miraron al hombre, mientras él miraba a su esposa con una expresión ilegible en su rostro, Maura se quedó sin palabras, asustada, el pavor llenaba cada centímetro de su cuerpo; ella no sabía qué hacer ¿Qué podría decir ella? Como podía explicar por qué casi había metido la mano en las bragas de su alumna y se la había follado, de repente, se dio cuenta de que lo había arruinado todo: su vida, la vida de Jane, su familia, su carrera y Dios sabe qué más. Con la adrenalina bombeando por su cuerpo, Maura no estaba segura si era por miedo o excitación, tal vez incluso por ambos; tragó, mientras se preparaba para la ira de su marido, no era ningún secreto que tenía mal genio.

Jane se sintió culpable, aterrorizada, confundida y muy frustrada, sabía que sus acciones eran peligrosas y que potencialmente habían arruinado todo lo que las dos mujeres habían construido, pero ¿Cómo podía evitarlo? Desde el momento en que Jane tocó sus labios con los de ella y sintió su mano apretarse alrededor de su camisa para acercarla más, supo que no había vuelta atrás, lo intentaría, pero Jane sabía que muy en el fondo, se había liberado una avalancha de emociones, mirando al hombre más alto, más corpulento y más fuerte, esperó a que gritara y pidiera que la echara, tomo aire y esperó.

"¡Ahí tienes!" dijo Ian, mirando entre Maura y Jane, miro su estado de nerviosismo y sonrió, obviamente habían estado discutiendo "Me preguntaba si sabías dónde estaba mi cargador" Ian ignoró la mirada que recibía de Jane, mientras sostenía el teléfono; Maura se limitó a mirar a su marido, ¿Por qué no gritaba? ¿Por qué no la echaba de casa? Él simplemente se quedó allí, con una expresión de suficiencia en su rostro "Está en el cajón de tu mesita de noche con tu iPod" susurró Maura "¡Oh! bueno, eso me ahorró un viaje" el mayor sonrió "Me voy a la cama" miró entre las dos mujeres y frunció el ceño antes de subir las escaleras.

Jane y Maura finalmente se miraron, los ojos de Maura se llenaron de lágrimas y Jane no quería nada más que besar sus miedos "¿Vienes?" gritó Ian, mientras se inclinaba sobre la barandilla "Sí, sí" Maura se aclaró la garganta, mientras subía las escaleras "Buenas noches, Jane" la voz de Ian resonó en las paredes. Jane soltó el aliento que estaba conteniendo con una gran carcajada, ¿Cómo tuvo tanta suerte? obviamente, él había estado demasiado ocupado levantando su teléfono caído para notar que los dos se besaban, afortunadamente dándoles tiempo para separarse ¡Dios! era tan despistado, al mirarlas podías notar algo pasaba, pero por la expresión de suficiencia en su rostro, parecía pensar que estarían discutiendo, Jane sabía que lo que acababa de hacer estaba mal, pero se sentía muy bien.

A la mañana siguiente, Maura se sentía agotada; había pasado toda la noche pensando en Jane y estaba nerviosa, esperando que su marido se enojara con ella, pero eso nunca llegó; no se dio cuenta de cuánto deseaba a Jane, hasta que sintió los labios de la chica sobre los suyos y su joven cuerpo presionado contra el suyo, Maura no podía recordar la última vez que había deseado tanto a alguien, la última vez que necesitaba sentir un beso, el tacto para sentir cada centímetro de él. Dándose vuelta en la cama miró a Ian mientras dormía, ni siquiera quería empezar a imaginar lo que podría haber pasado si él los hubiera visto, aunque normalmente era un hombre educado y amable con la gente que le agradaba, tenía un temperamento terrible; sabía que necesitaba hablar con Jane antes de que las cosas se pusieran incómodas, saliendo de la cama sin querer despertar a Ian, se puso la bata y bajó las escaleras a tomar una taza de café para prepararse para el día.

Cuando Maura entró en la cocina, encendió la máquina de café y cogió una taza, cuando se dio la vuelta, vio una cabeza de espesos rizos negros sobre la mesa y Maura sonrió a pesar de las circunstancias, era evidente que Jane se había quedado dormida en la isla de la cocina, no sabía si despertar o no a la niña, pero pensó ¿Qué mejor momento para tener esa charla? Ya rara vez pasaban tiempo juntos a solas "Jane cariño, despierta" Maura susurró, mientras pasaba una mano por ese espeso cabello.

¿Qué es realmente una vida perfecta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora