LOVELY

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CAPITULO DOS 

LOVELY 


¿Qué era lo más bonito que tenía Porchay?

Mientras saludaba a sus padres de beso en la mejilla y con esa sonrisa, supe que... lo más bonito que tenía Porchay era absolutamente todo, y no pensé en lo jodido que sonaba eso en mi cabeza porque... bueno, él sería ¿mi hermano? si llegan a adoptarme realmente él y yo... y me detuve, detuve los penosos pensamientos sobre él, merecía mi respeto, era hijo de las mejores personas que he conocido hasta ahora, no merecía que estuviera pensando en lo bonito que era cuando sonreía así.

– ¿Como te fue en la escuela, cariño? – preguntó Ananda

Porchay ocupó un asiento a mi lado, pude ver que era de mi alto, quizá me pasaba unos cuantos centímetros pero no era mucho, era más ancho de hombros y tenía brazos torneados, su cabello era igual de oscuro que el de sus padres, indudablemente se parecía un poco a ellos, especialmente a Ananda.

– Bien, mamá – respondió estirándose para tomar un pedazo de pan tostado con mantequilla de ajo que había encima de la mesa para comer mientras estaba carne – Me fue bastante bien en la presentación de biología, aunque aquí entre nos... – se inclina hacia mi tapándose con la mano su boca – odio la biología y a la señorita Bath.

Sonreí porque él lo hizo con complicidad, me agradaba que tuviera esa pequeña confianza y me incluya en sus bromas.

– ¡Porchay! – exclama Ananda entre risas – No te expreses así de la señorita Bath, es una buena maestra.

El chico a mi lado bajó los hombros, despreocupado – Es una pesadilla andante, mamá – determinó – Por cierto, ¿Kim irá a la misma escuela que yo? –

– Por supuesto, empieza mañana, ya lo hemos matriculado – dijo la mujer y me miró con una sonrisa – ¿Eso te parece bien?

Yo ya iba a la escuela pero eran clases particulares que me daban en el orfanato, nunca había compartido clases con otros chicos y mucho menos asistir a un aula de clases, era normal que me sintiera nervioso.

– Si, me parece bien pero...

– No te preocupes, Kim, soy popular, te presentaré personas – dijo Chay sonriente – Iremos al mismo curso pero puedes hacer tus propios amigos.

Me agradaba la idea de ir al mismo curso de Porchay, se sentía bien estar en un lugar desconocido con una cara conocida y amigable, porque Chay no solo era hermoso, también parecía ser una persona bonita por dentro, no solía equivocarme con las primeras impresiones, presiento que con él nunca lo haré.

– Gracias, eres muy amable – comenté bajando la cabeza en señal de agradecimiento y respeto.

Cuando lo miré me sonreía pero dejó de hacerlo para ponerse de pie – Iré a ayudar a papá o jamás cenaremos –

Sonreí un poco acordándome de que tenía que respirar, cuando Porchay me miraba directamente y sonreía me causaba cierto... sentimiento de timidez, es que sus ojos avellanas eran penetrantes y su sonrisa tan brillante, era imposible no sentirse apenado.

– Ha sido nuestra luz desde que nació – habló Ananda –

La miré, hablaba de Chay – Se ve que es un buen chico – comenté

– Lo es, Kim – ella me sonrió – Si necesitas hablar con alguien de tu edad, que te comprenda, puedes hacerlo con él, Chay siempre comprende a todos y tiene los mejores consejos, su padre siempre dijo que era más maduro para su edad.

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