¡Para los que vivimos en angustia!

Mi otro yo.

Relucen a mi alrededor los sonetos, los bailes
y las joviales canciones que me toman y me invitan a ser protagonista de tal feliz exalto.

Me envuelven las calas y los tulipanes con sus abrigos inocuos que celebran a un jardín libre de ríos salados con piedras puntiagudas.

Me alegro, soy feliz, y canto junto a las tonadas afables que elevan mi alma entre finos pentagramas de clave de sol y de fa.

Bailo y salto entre el silencio que custodia a mis voluntades,
debajo de las frígidas capas que ahogan mi cuerpo.
Porque me hallo inmóvil entre cuatro paredes y un somier tumbado.

Porque aún no puedo levantarme,
el sol es demasiado fuerte
y la tinta pesa demasiado.