MINECRAFT: Poder Absoluto

Capitulo 4: "Dos, de Tres"

Anti colocó su espada en el suelo, usándola como apoyo para levantarse, sintiendo su cuerpo debilitado, su mente desorientada, sin poder acceder a su poder a causa de la explosión.

"¿Qué está pasando? Esto no es normal."

Pensaba Anti observando a los mobs acercarse a él.

"No queda de otra, lo forzaré a salir."

Anti comenzó a concentrar su energía desde el interior de su pecho directamente a su espada, dando como resultado una estela de energía alrededor de la espada, arrojando varios relámpagos hacia todas partes.

Anti se levantó con dificultad, sosteniendo con ambas manos la espada, liberando un largo corte en horizontal, logrando acabar de un solo golpe a todos los mobs.

Anti se sintió liberado, como si toda su energía hubiera regresado; sin embargo, desvió su vista hacia su espalda, observando a un grupo de enemigos acercándose.

— Ah, carajo.

— ¡Ale! —gritó Catalina acercándose a dónde estaba con Karla.

— ¿Qué ocurre Cata? ¿Por qué la cara de preocupación? —preguntó Karla con una sonrisa.

— Nos equivocamos, no debimos permitir que Anti fuera al Bosque Fúnebre —soltó Catalina con bastante preocupación.

— ¿A qué te refieres? —cuestionó Ale, al mismo tiempo que un frío recorría su cuerpo.

— El Bosque Fúnebre tiene una particularidad única, la cantidad de mobs es demasiado alta, están equipados con armas y herramientas del más alto nivel.

— Pero Anti puede manejar todo eso, ¿Qué no? —dijo Karla con una voz temblorosa.

— El bosque comenzará a drenar su energía para alimentarlo, si los mobs no lo derrotan, lo harán los espíritus de los exploradores que se perdieron ahí.

— Espera un momento, ¿Cómo que espíritus? —soltó Ale alterada.

— El bosque encerró a todos los exploradores que no lograron derrotar a los mobs, los mobs son simplemente la primera prueba, los espíritus son la segunda prueba y...

— Y hay una tercera prueba, que es una lucha consigo mismo —terminó de decir Catalina.

Anti fue arrojado por la fuerza del impacto hacia un grupo de árboles, el grupo de exploradores se igualaban en poder y fuerza, todos mostrando sus ojos en un color blanco brillante.

— Ya veo, esto es interesante —comenzó a decir Anti colocándose de pié, sus ojos se volvieron a una tonalidad blanca brillante, mientras la energía recorría con gran fuerza por todo su cuerpo, riendo sonoramente —. Veamos qué tan poderosos son un grupo de espíritus muertos —soltó Anti lleno de confianza mostrando una arrogante sonrisa.

La espada de Anti se envolvió en energía, volviéndola más liviana para poder combatir.

El grupo de exploradores atacaron al mismo tiempo, Anti permaneció inmóvil hasta recibir los primeros ataques, iniciando con bloqueos sencillos, pero al mismo tiempo buscaba atravesarlos con su espada.

Los exploradores que eran cortados por la espada de Anti, desaparecían en una esfera de energía, desvaneciéndose a los pocos segundos.

Anti había logrado eliminar a la mayoría, dejando únicamente a uno de ellos, observándose mutuamente antes de atacarse con fuerza.

Ambos comenzaron a golpear sus espadas con fuerza, intentando eliminar la defensa contraría; sin embargo, se encontraban igualados en poder, fuerza y técnica.

El explorador aprovechó una apertura en la defensa de Anti, logrando cortar su brazo derecho.

Anti cayó sobre una de sus rodillas, miró su brazo que yacía en el suelo, desviando su vista al enorme charco de sangre que comenzaba a formarse junto a él.

El explorador se preparó para un ataque definitivamente, buscando asegurar su victoria. Anti corrió hacia su espada, tomándola con fuerza, la cargó de energía y en un movimiento rápido la lanzó hacia el explorador.

La espada de Anti golpeó con fuerza la espada del explorador, siendo desviada de su trayectoria.

Anti había logrado teletransportarse cerca del explorador, tomó su estada, arrojando un corte limpio, consiguiendo que el explorador retrocediera lo suficiente para abalanzarse sobre él, atravesando su espada en el pecho, arrojándolo a uno árbol, quedando inmóvil en el mismo, hasta que su cuerpo desapareció en una esfera de energía.

Anti tomó su espada, sintiendo que su cuerpo comenzaba a ser nuevamente más ligero.

Su brazo desmembrado había desaparecido en una esfera de energía, para después ser reintegrado a su cuerpo, recuperándose por completo.

La espesa neblina comenzaba a desaparecer, dejando ver a la distancia.

Anti observó un gran muro de piedra que recorría varios cubos de altura. Anti comenzó a saltar sobre el mismo, alcanzando en poco tiempo la parte alta del muro, dejando ver un gran espacio vacío, cubierto de una densa neblina. Anti no dudo ni un momento, lanzándose al vacío sin saber que le esperaría.

— Debemos buscar una manera de ayudarlo, pero... —comenzó a decir Karla pero se detuvo antes de continuar hablando.

— No podemos ir hasta donde se encuentra y mucho menos podemos abandonar la ciudad, así que no hay muchas opciones —aseguró Catalina.

— Solo nos queda esperar a que Anti salga sin ningún problema de ahí —soltó Ale con dudas.

Anti cayó en un pequeño cuerpo de agua. La luz que entraba del exterior era completamente nula y la poca luz que había era gracias a varias linternas que se encontraban sobre postes.

La neblina cubría todo el sitio, sin permitir ver más allá de unos cuantos cubos.

Anti continúo caminando por el césped bastante crecido, cuidando cada rincón, puesto que sabía que podría ser atacado en cualquier momento.

El césped comenzó a desaparecer para dejar ver bloques de piedra con fango, simulando unas escaleras. Anti siguió avanzando hasta encontrarse con una enorme puerta hecha con bloques de madera.

Anti accionó la palanca, activando el mecanismo que permitió abrir la puerta, dejando ver su interior.

Anti caminó observando la gigantesca habitación, mirando la alfombra en un color rojo detallado en dorado. Al fondo se encontraban dos escaleras que permitían subir a pisos superiores. Alrededor de la habitación, había varios cuadros, todos bordados con la imagen de Steve.

Una presencia alertó a Anti, puesto que la presión era bastante alta para ignorarla.

Anti tomó su espada, dispuesto a atacar, sabiendo de antemano que llevaba la desventaja.

— Hola... Anti.