Atrapados

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Su misión era rescatar a Damián. Ignoró el palpitar de su corazón provocado por la cercanía del kriptoniano que le hizo un favor, solo un favor se recordó, no volvería a confundirse. Recuerdos tormentosos lo invadieron como la ráfaga del viento que soplaba su cabello.
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El insoportable pitido de la alarma lo alertó. Se dirigió a paso rápido al centro de la cueva preparado para luchar, pero se encontró con un escenario bastante diferente a lo que esperaba mas no le sorprendió. Logan y Bart con sus miradas caídas eran interrogados por Megan mientras Cassie maldecía en susurros con sus manos posadas en la computadora central. Tim creía saber qué pasaba, la simple presencia del par era un detonante de su suposición que luego sería confirmada por Kiran.

_Estos estúpidos derramaron bebidas sobre la computadora madre _informó Kiran apenas Tim llegó.

_¡No fue mi culpa! Logan me empujó _se excusó el velocista.

_¡Traidor!

_Basta de echar culpas _regañó Megan_Lo importante es, ¿qué tipo de bebidas derramaron?

El par se miró por segundos, regresaron su mirada a Megan alzando sus hombros.

_No lo sé. Ya estaban antes de que llegáramos.

Tim se acercó a Cassie que lucía irritada y con total razón. Las bebidas no eran soda cualquiera, ni siquiera eran bebidas sino una sustancia radioactiva que por alguna razón estaba en vasos comunes. La computadora estaba completamente dañada y los sistemas de seguridad vueltos locos.

_Llamaré a Tornado Rojo, tal vez él sepa que...

_Ya lo intenté _interrumpió _Las comunicaciones también fueron afectadas. Estamos totalmente incomunicados con el exterior y encerrados.

Pasaron horas intentando arreglar el sistema de seguridad, pero lo único que lograron fue detener el pitido que los estaba volviendo locos. El sistema volvería por su propia cuenta pero tardaría tiempo. No les quedó más remedio que esperar dos semanas hasta el reinicio. En cuanto a Bart y Logan, su castigo fue menos severo de lo que podría haber sido, tendrían que limpiar las habitaciones de todos por los días que estuvieran allí, sin poder tener ayuda de sus superpoderes.

Los días pasaban a cámara lenta. Era demasiado aburrido estar sin recepción, sin misiones ni comunicación con nadie más que los locos de su equipo. Tim esperaba que Bruce no se preocupara por su repentina ausencia y, aún más, esperaba que no se lo contara a Dick. El pobre ya había tenido suficientes preocupaciones con la última persecución armada que provocaron Jason y Damián.

Sostenía su teléfono sobre su cabeza, recostado de espaldas en su cama, esperando que milagrosamente al menos una barra de señal se iluminara, pero nada. Comenzaba a inquietarse, sus manos sudaban y temblaban por el peso del aparato. Por alguna razón, sentía que su pecho se apretaba contra su corazón y la habitación se hacía cada vez más pequeña y asfixiante. No, no ahora. Con dificultad, se levantó de la cama, sus piernas se convirtieron en gelatina inestable, pero logró llegar a la puerta. Sus manos temblaron sobre el cerrojo y puso el seguro. Se desplomó recargado en la puerta, sintiendo sus ojos arder y picar, ese picor horrible que tanto odiaba. Pasó sus manos sobre sus rodillas, escondiendo su cara en ellas. Las lágrimas comenzaron a brotar y las ganas de clavar sus uñas en su débil piel no tardaron en llegar.

Después de una larga hora, su habitación se volvió más amplia. Sus codos, palmas y muñecas aún marcadas por sus propias uñas clavadas ardían contra su piel, el tono rojo contrastaba con su pálida tez. Se sentía terrible. Una hora atrás, Logan y Bart tocaron su puerta, el servicio de limpieza, pero no respondió. Pudo escuchar a Logan marcharse, pero Bart seguía insistiendo. Toque tras toque, al final, el chico lo dio por rendido, se alejó no sin antes decir: "sabes que puedes confiar en mí, Tim". Se sentía terrible por preocupar a sus amigos.

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