( 𝐂𝐋𝐀𝐒𝐇 𝐎𝐅 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 ) ＃Jacaerys Velaryon.
─My pleasure is their pain, I love to watch the castles burn.
━━━━━━━𝗗onde Daena Targaryen vive
un romance prohibido con su
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El rugido de Asteria resonó por el cielo, Daena montaba sobre el lomo de su dragón con los rayos del alba sobre sus Orbes moradas. El cabello plateado de la jóven se movía acordé el viento.
Daena tan rápido como vió la fortaleza aumentó la velocidad y sonrió por la libertad que sentía.
Volar se había vuelto su actividad favorita desde que Asteria le permitió subirse a ella años atrás, por lo cual no era tan raro para los pobladores del Desembarco del Rey ver a la gran bestia sobrevolando sus calles a todas las horas del día Ella solía hacer ciertas competencias con Helaena o Aegon desde que Daeron se había ido a Antigua, después de lo sucedido con Aemond. Pero ahora quería un vuelo para despejar su mente y divertirse con su dragón.
Era increíble lo mucho que el dragón de tonos oscuro había crecido en tanto tiempo. Ya lograba medir un poco más que Caraxes, dragón del príncipe Daemon.
Asteria era un dragón hembra de escamas negras y ligeros degradados blancos en la cola, sus ojos eran de un dorado bello, tal como Meraxes.
El dragón sobrevoló las nubes y Daena le comandó lanzar fuego de dragón para traspasar en un anillo de humo. Amaba sentirse libre al volar.
Daena le señaló a Asteria que debía aterrizar cerca de pozo Dragón dónde Ser Criston la esperaba pacientemente.
──No parece muy feliz con mi llegada, Ser.──Sonrió.
──Al contrario, mi princesa. Espero que su vuelo haya sido de su agrado.
──Intente no lucir tan aliviado.──Bromeó
──Estoy aliviado. Cada que esa cosa la trae a salvó, mantiene mi cabeza intacta y lejos de una espada.
──Y su cabeza seguirá intacta por mucho tiempo más.
La platinada acarició el cuello de su dragón y se alejó mientras que este emprendía vuelo por segunda vez.
Daena no espero mucho y con rapidez se subió al caballo que se encontraba a lado del de Ser Criston.
──Esa bestia debería estar abajo en la foza...con cadenas.──Opinó, sin quitar la vista de la majestuosa criatura que se alejaba.
──Un dragón no es un esclavo para mantenerlo encadenado, Ser Criston.──Sonrió y emprendiendo camino en su caballo.
La joven princesa odiaba en solo pensar de que su dragón pasara lunas encerrado en pozo dragón, prefería que fuera libre y gracias a eso: su gran tamaño. Solía pensar que era por ser descendiente directo de Meraxes, esa idea fue descartada al recordar los huevos eclosionados de Vhagar que no solían ser tan grandes como ella por lo cuál dedujo que se debía a su libertad y su alimentación. Asteria solía casar lo que ella quisiera comer, sin restricción alguna y tenía tanto espacio dónde podía crecer. Era sorprendente pensar que aún no dejaba de crecer, era todavía un jóven Dragón.
