Boys Your Age III.

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La fuerza de mis golpes resonaba en la habitación, cada uno representaba un eco de mi frustración. Solo yo y el saco de boxeo, compañeros en una lluvia de furia y frustración. Con cada impacto, intentaba expulsar su imagen de mi mente, ese albino imponente que se había colado sin invitación en mis pensamientos.

El saco absorbía mis golpes, cada uno un intento desesperado por olvidar. Pero él, Gojo Satoru, se aferraba a mi conciencia, un fantasma que no podía exorcizar. Mis puños se movían por inercia, marcando el ritmo de mi tormento interno. ¿Cómo podría estar cayendo por él? Era inconcebible, una traición a mi propia persona.

Estos sentimientos solo reforzaban su discurso sobre la falta de afecto en mi vida y la búsqueda de amor desesperada incluso en lugares no apropiados.

¿Cómo me va a conquistar con una simple conversación sentimental?

—Te odio, te detesto — mis músculos del brazo temblaban ante las fuertes vibraciones del impacto que proporcionaba al costal — ¡maldita seas, Gojo Satoru! — no sé cuando volveré a verlo, han sido dos días sin su presencia.

Probablemente consiguió lo que quería y se fue.

¡Pero yo también deseaba acostarme con él! No debería de indignarme.

Exhausto, me dejé caer al suelo, el saco de boxeo aún oscilando levemente, como si se burlara de mi conflicto interno. ¿Era Satoru realmente importante para mí, o estaba confundiendo una simple conexión humana con amor? Las palabras de Fushiguro resonaban en mi cabeza:

"—Yuuji yo te amaba como amigo, nada mas fuera de ahí."

Una amistad que había malinterpretado como algo más. Quizás lo que necesitaba era expandir mi círculo social, encontrar aprecio en la compañía de otros, para que la idea de enamorarme de alguien como Satoru pareciera menos tentadora.

Entré con rapidez al baño para darme una ducha, sabía perfectamente donde podría conseguir amigos bajo un ambiente que yo domimaba a la perfección.

Con un estilo refinado y una presencia que captura la atención, mi cabello está meticulosamente peinado hacia atrás, fijado con la cantidad justa de gel para un acabado impecable. Mi expresión es seria, denotando determinación y confianza, pero mis ojos destellan con un brillo acogedor que suaviza mi semblante. La fragancia distintiva de mi colonia se eleva sutilmente desde mi cuello, creando una estela que invita a la cercanía mientras mis dedos desatan con elegancia el nudo de mi corbata negra. Este conjunto de detalles conforma una aura de sofisticación y carisma, la cual se hace aún más palpable al cruzar con paso seguro las puertas del casino.

El aroma del tabaco se mezclaba con el ambientador y el perfume Maison Francis, creando una fragancia que me resultaba extrañamente reconfortante. El casino era un mundo aparte, un reino de lujo donde cada detalle estaba diseñado para impresionar. Las luces brillantes se reflejaban en los dorados y cristales, y el sonido de las fichas chocando era la banda sonora de un universo de posibilidades. Aquí, entre la opulencia y la promesa de fortuna, me sentía en casa.

¿A dónde debería ir a buscar nuevos amigos? En cualquier otro casino menos extravagante me hubiera animado a ir a juegos amistosos como lo puede ser el blackjack o el craps pero de todos esos casinos ya me habían hechado y en este la gente no venía a derrochar por diversión.

Decidí probar mi suerte yendo hacia las maquinas tragamonedas, ahí había gente mas amigable y menos competitiva. Caminé hacia la zona analizando a las personas para decidirme hacia cual acercarme. No pude evitar sentirme algo ansioso de estar ahí, un terreno nuevo, no solía socializar solo quitarles su dinero.

Ese sujeto mayor de allá se ve amigable, pero era muy viejo...¿nuevamente busco una figura paterna? ¿Me estoy sugestio-

—Oi, niño — mis pensamientos se vieron interrumpidos por una voz gruesa detrás de mi.

Lost In GoYuu's Paradise [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora