📿El Enamoramiento De Un Narco 📿 Alfredillo Guzmán

Capitulo 15

Las cosas entre Alfredo y yo,van de maravilla.

Fuimos capaces de permanecer juntos,sin necesidad de vivir bajo el mismo techo,yo tenía mi trabajo en la veterinaria y el hacía sus trabajos aparte.

Al final del día,los dos nos juntamos y creabamos momentos que serían difíciles de olvidar.

Sobre Bruno,dios. No puedo creer que por fin se haya dado cuenta que no tenía muchas posibilidades conmigo,Milan le contó sobre mi relación con Alfredo,y digamos que al principio no lo tomo muy bien que digamos,ahora tampoco,parece que me odia por estar con alguien.

Pero Bruno era terco,no dejaba de enviarme obsequios, y mensajes disculpándose de diferentes maneras.

No estoy siendo orgullosa,ni muchos me estoy haciendo la interesante.

Me fastidiaba que Bruno,siendo un chico criado con buenos modales y gustos,se rebajará a tanto,a prohibirme mis amistades.

Con quién si y con quién no.

Era absurdo y ridículo.

En cambio Alfredo,ese si que no le gustaba cuando mencionaba a uno de mis amigos,o tan siquiera le mencionaba las conversaciones que tenía con Bruno.

Pero veámoslo por el lado bueno,sus celos patéticos no le ganaban a lo bueno que era en la cama,sin duda es el único al que le puedo aplaudir sus buenos genes que irradia cuando estamos a solas.

Un ronroneo me hizo bajar mi vista de la computadora,a pasos lentos se acercaba Kotik quien me dió una lamida cuando le extendí mi mano

Kotik,es un pequeño gatito,que estoy cuidando,es de una clienta de la veterinaria,me quede sola,ya que Antonio tuvo que ir a una comida con su futura esposa

–Eres tan bonito...-le susurro y se encarga de ronronear cuando lo subo a mis brazos

Se reproducen diez canciones y en ninguna deja de sonar mi teléfono ante las llamadas insistentes de Bruno,quiero seguir disfrutando de mi noche,pero ahora el nombre de Alfredo en mi teléfono me hace tomarlo y responder al primer tono

–Si.-respondi al primer tono y lo primero que escucho es un golpe y mi ceño se frunce

–Gema,mi amor.-la voz de Alfredo sonó más como un quejido lastimero –Necesito tu ayuda...

–¿Ayuda?,¿Con que?.-mis preguntas eran calmadas mientras detrás de la línea se escuchaban varias voces,al igual que música fuerte y luego otro quejido que salió de su boca –¿Que está pasando?,¿Estás bien?

–Si,todo bien.-rie y entonces la música se calma un poco –Estaba entrenando con mi carnal,Pero recordé una plática que dejamos pendiente y por eso te llamaba.

–¿Y a mi por qué?

–Bueno,da la cosa que mi carnal compro unos animales...y necesita de un diagnóstico de una bonita,bella,hermosa, carismática y muy comprendida médica.-dice con ese tono divertido y sonreí

–Me haz convencido desde lo de bonita.-le digo yo y él rie de nuevo

–¿Entonces?,¿Vienes por tu cuenta o mando a alguno de los chicos por ti?.

–¿Puedo llegar al lugar sin ningún problema?.-le digo yo y entonces él suspira

–Tienes razón. No pensé eso.-dice y se aclara la garganta –El Nini llega por ti en media hora.

–Ok,lo esperaré con mis cosas.-dije mordiéndome el labio

–Vale mi amor,acá te veo pronto...-se despide y no puedo evitar sonreír como estúpida

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El trayecto en auto con él Nini es en absoluto silencio,llegó como lo acordado y me ayudó a subir a su camioneta las cosas que necesitaba para hacer los diagnósticos.

Manejo como por una hora y media,entro por un largo camino de terracería,y entonces llegamos al lugar donde estaban ellos.

Parecía una finca algo vieja,no parecía nueva,ni mucho menos de las que están en remodelación. Está parecía tener unos años de antigüedad

Y por supuesto que no podían faltar todos esos hombres armados cuidando y resguardando la seguridad de los sujetos que estaban dentro de la finca.

Todos esos que darían su vida por la vida de sus patrones,los cabecillas de ese legado de narcotraficantes tan famosos.

–Llegamos Señorita.-me avisa El nini y lo miro

En efecto,ya había detenido el coche frente a la finca

–De acuerdo.-dije queriendo sonar normal,pero no podía ocultar mis nervios,pues estaba literalmente frente a cientos de hombres armados

Podía estar segura de que no me harían daño,pero eso no me quitaba el temor de ser punto fijo para todos estos pistoleros

–¡Mi Reina!.-la voz de Alfredo se hizo presente apenas puse un pie fuera de la camioneta y lo mire

Venía hacia mi junto con otro tipo,ambos vestían de solo pantalones puestos,tenían vendas en las manos y por fin pude conocer el rostro del tercer sujeto que venía con ellos

El Piyi

Ese sujeto que siempre se la pasaba con pasamontañas ahora estaba con su rostro al descubierto

Y creo que no me esperaba ver a un chico tan joven,¿Cuántos años tenía?,¿17 o 18?

–Hola.-dije algo intimidada por esas miradas de ellos que no conocía

–Tu debes ser Gema.-habla Iván y no tengo de otra que asentir mientras Alfredo se acerca a mi y me agarra de la cintura frente a todos sus hombres y hermano

–Ahorita te la presento que anda cansadita del viaje.-le dice Alfredo y no me deja ni decir nada

Me planta un beso suave en los labios,y pongo mis manos en su pecho para alejarlo sin ser brusca

Me ha tomado desprevenida

–Ven,que te muestro por qué te ha hecho venir hasta acá.-me dice Alfredo bajito y asenti levemente dejando que me lleve de la mano hasta dentro de la finca

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Cierra la puerta de la habitación y enseguida su vista se dirige a mi

–¿Que me ves?.-le digo burlona y veo a Alfredo

Se veía realmente ardiente,sin su camiseta,con esas vendas en sus manos

–¿Por qué estás vestida así?.-me pregunta sin acercarse y miro mi atuendo

Era una falda de tubo negra,una blusa rosa,y mi bata de veterinaria

–Por que estaba trabajando en la clínica.-le digo obvia y entonces el comienza a acercarse –¿Tenía que venir con otro atuendo?.-le pregunto cuando se detiene frente a mí

–No...-murmura bajito y pone una mano sobre mi cabello y lo acomoda detrás de mi oreja –Te ves muy ardiente cuando tienes tu uniforme...

–¿Lo crees?.-le pregunte dulce y Alfredo asintió sonriéndome para luego unir nuestros labios en un delicado beso que fue tornandose más necesitado

–Estoy seguro Mi gema preciosa...-susurra y muerde mi labio inferior un poco haciéndome suspirar

Lo amaba

Y de eso no había duda.