𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐑𝐨𝐭𝐨

13

El plan era utilizar a Ciri como cebo para Rience. Yarpen y sus hombres ya estaban corriendo la voz por los bares locales, diciendo que él iba a transportar a Ciri en su caravana, que sólo había una parte del plan que necesitaba ser organizada.

Botón dorado.

Habían pasado algunos meses desde la última vez que viste al bardo, así que cuando escuchaste su voz a lo lejos no pudiste evitar que la sonrisa se extendiera por tu rostro.

"Uh, no, cariño. ¡No! Mírame".

Te detuviste en la esquina del callejón oscuro, con tu capa envuelta alrededor de tu cuerpo cubriendo tu armadura y espada con tachuelas negras. Lo último que necesitaba era que la gente hiciera correr la voz de que había un brujo en la ciudad; si eso sucediera, el plan fracasaría.

No fue difícil ver a Jaskier al otro lado de la calle mirando a su compañera Vespula. Ella estaba inclinada sobre el balcón, encima de él, con el laúd levantado en las manos en un gesto amenazador.

Oh, esto parecía interesante. ¿Qué había hecho Jaskier ahora?

"Mírame a los ojos. ¡No hay necesidad de dañar a inocentes!" Jaskier prácticamente suplicó mientras Vespula sonreía y sabía exactamente lo que estaba a punto de suceder. "¡No, no, no, no lo hagas! No-"

Lanzó el instrumento por el borde del balcón mientras Jaskier gritaba, y había que admitir que fue un buen lanzamiento. El laúd voló limpiamente sobre la cabeza de Jaskier antes de que un hombre que estaba parado no muy lejos detrás de él agarrara el instrumento de madera con facilidad.

El hombre parecía ser importante si su traje con cuello de piel y la mujer elegantemente vestida a su lado eran algo a tener en cuenta. Parecían familiares, pero no se podía determinar quiénes eran.

Permaneciste escondido en las sombras del callejón mientras Jaskier hablaba con ellos dos. Si querías escuchar su conversación, podías hacerlo fácilmente con tu audición mejorada, pero odiabas escuchar a escondidas a las personas que te importaban. Fue una invasión de la privacidad con la que no te sentías cómodo, por lo que elegiste simplemente observarlos desde la distancia.

Solo por el lenguaje corporal, el hombre parecía ser amable e hizo sonreír a Jaskier, sin embargo, la mujer, por otro lado, no parecía tan amable. El cuerpo de Jaskier se tensaba cada vez que hablaba o se acercaba, lo que hacía sonar las alarmas en tu cabeza.

Invasión de privacidad o no, empezaste a escuchar la conversación porque esa mujer te hacía sentir incómodo.

"-o nosotros solos desharemos cada buena acción que has hecho por los elfos... los mataremos a todos." La mujer le susurró al oído.

¿Fue eso una amenaza? ¿Esta mujer lo estaba amenazando?

"Sí, sí, entendí la esencia". Respondió Jaskier, su cuerpo tan tenso que casi temblaba.

Diste un paso adelante a punto de ir hacia allí sin importarte que te vieran cuando Jaskier pudiera estar en problemas.

"Tengo asuntos que atender en la ciudad antes de regresar a Tretogor. Tienes cinco días". La mujer continuó diciendo antes de darse la vuelta y hacerle un gesto al hombre para que la siguiera.

Observaste con cautela mientras los dos se alejaban sin quitarles los ojos de encima hasta que desaparecieron entre los edificios más adelante en la calle.

Jaskier permaneció de pie en medio de la calle, sus hombros se relajaron una vez que la mujer se fue mientras miraba el laúd en sus manos y dejaba escapar un profundo suspiro.

"¿Mal momento?" Gritaste, anunciando tu presencia mientras caminabas hacia él.

La cabeza de Jaskier se levantó bruscamente en tu dirección con los ojos muy abiertos y sonreiste. Acortó la distancia entre ustedes y pasó su brazo libre alrededor de su cuello, abrazándolo con fuerza. Te reíste suavemente y envolviste tus brazos alrededor de su espalda abrazándolo con la misma fuerza.