¡Amo tu carne~! ♡ (N x Uzi)

✧~♡Capitulo 2♡~✧

Proyecto sangriento

Han pasado como dos semanas desde que me transfirieron a este nuevo instituto para desgracia mía, este insti tiene muchas cámaras, además que los auxiliares hacen rondas por si se fugaron estudiante o si están haciendo ruido mientras dan las clases, también al entrar te hacen pasar por un detector de metales, es muy molesto por que no puedo matar a gusto, no es como mi antiguo insti que apenas si tenían algunas cámaras, por ahora estoy investigando cada cámara y momentos en los que no hacen ronda los auxiliares para matar a mi víctima. Mi compañera llamada ¿Revolver? ¿Metralleta? ¿Escopeta?, ahg como se llame, nunca separa su vista de mi, siempre se la pasa mirándome en todas las clases, por suerte mía se su secreto, al parecer y según lo que me ha contado V, ella tiene una enfermedad llamada "living corpse" que consiste en que la persona no puede morir a menos que sea de vejez, vaya, tal vez ella me ayude con mi gran problema de alimentación. Quizás no le moleste que le corte varias partes de su cuerpo y que luego me las coma.

Pero dejando de fuera eso, ahora me estoy preparando para ir al instituto, agarre mi mochila y salí de mi habitación para dirigirme a la salida de mi casa, a estar pocos metros de la salida me tope con mi asqueroso y cerdo tío que estaba descansando muy cómodamente en el sofá con miles de botellas de alcohol sobre el, con solo verlo me da asco, la única razón que no lo he matado es por que trae el dinero a la casa, solo lo veo como un objeto de utilidad que luego será desechado. Me apresure en salir de mi hogar y me dispuse a llegar hacia el insti, tenía la cabeza agachada muy metido en mis pensamientos, seguía pensando en como matar a mi compañera con nombre de arma, aunque me da un poco de pena asesinarla pero ¿que más da?, si al final todos vamos a morir tarde o temprano, la vida no tiene nada de sentido, terminaremos muriendo y todo nuestro esfuerzo en hacer las cosas bien serán olvidadas. No me importa matar a miles de personas, igualmente, todos me ven como un "bicho raro" y no me sorprende en lo obsoluto, simplemente quiero llenar este hueco que hay en mi cuerpo, pero todo ese sufrimiento que le generó a las personas no dura para siempre.

Sin darme cuenta había llegado al insti, en donde no puedo hacer nada más que estar sentado escuchando como un puto viejo da lo que llaman "clase", al entrar pase por el detector de metales y me fui hacia mi respectiva aula en donde estaba vacía, solo habían los bolsos de mis compañeros en sus respectivos lugares, fui hacia mi asiento y me quede observando hacia la ventana, me quedé pensando aún más cosas y recoste mi cabeza en mi pupitre muy pensativo, pude escuchar como alguien entraba al aula y dejaba su bolso, el aula se quedó unos minutos en silencio hasta que sentí como tocaban mi hombro y lo acariciaban levemente, levante mi cabeza y mirando a la persona quien hacía el tacto y resultó ser mi compañero con nombre de arma, ¿Uzi era?

Uzi — "¿Te encuentras bien?" -*Me pregunto algo preocupada*

Me sentía nervioso, mis cuerdas vocales no pudieron moverse, todo mi cuerpo se congeló y pude escuchar y sentir como mi ritmo cardíaco comenzaba a subir ¡¿Por que diablos tengo esta sensación?!, me recordó a mi primer día que la ayude a levantarse a esa misma compañera, quería huir como lo había hecho, lo único que pude hacer fue asentir levemente mi cabeza aún mirandola.

Uzi — "De acuerdo, si tu lo dices" -*Dijo no muy segura de mi respuesta*

Ella quito su liviana y rica mano de mi hombro, me le quedé mirando un poco embobado, se veía tan hermosa y deliciosa, pude apreciar como mi saliva se hacia agua con solo pensar en devorar su deliciosa y exquisita carne y órganos, ella igual se me quedo mirando sin despegar su mirada en mi, sin darme cuenta me fui acercando hacia su rostro y ella repitió lo mismo, ¿ella hiba a besarme?, sentí como mis mejillas comenzaban arden poco a poco, ¿estaba sonrojado? ¿Por que me siento tan nervioso al estar junto a ella? ¿Y que es esta sensación? ¿Por que se siente tan reconfortante y cálida a la vez? Estábamos a algunos escasos centímetros de besarnos, hasta que había sonado la campana, al escucharla me aleje de inmediato y voltee a mirar hacia el suelo muy avergonzado, baje mi cabeza dejando caer algunos mechones de mi cabellera cubriendo así mi sonrojado rostro.