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— ¿Estás listo? — Sunoo negó ante el espejo mientras acomodaba por quinta vez en esa hora cualquier mínimo detalle.




— En los absoluto — El japonés soltó una leve risa.





— Te ves lindo, anda, se hará tarde — un suave beso fue proporcionado en sus mejilla por parte de Ni-ki.


Ambos habían cambiado el color de su cabello, así que ahora el más alto llevaba consigo un rubio cenizo muy lindo, mientras Sunoo, había vuelto al castaño.




Ambos subieron al auto del rubio, las calles estaban solo iluminadas por las luces nocturnas. La música sonando desde la radio, daba un ambiente pacífico, aproximadamente una hora después, ambos se encontraban llegando al un recinto de cabañas, había algunos autos afuera.



— Ve, Jungwon debe estar vuelto loco, yo buscaré donde dejar el auto — Sunoo asintió dejando un beso rápido en los labios de Ni-ki.









— Ve, Jungwon debe estar vuelto loco, yo buscaré donde dejar el auto — Sunoo asintió dejando un beso rápido en los labios de Ni-ki

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Los ojos del pelinegro se abrieron en grande al ver entrar a su mejor amigo por la puerta de aquella habitación.

Todo esta hecho un desastre.




— ¡Sunoo que bueno que llegas! — El pelinegro menor se dejó caer en los brazos de su amigo de manera dramática — No puedo encontrar mi corbata.




— Tranquilo — Sunoo tomó de los hombros al menor, obligándolo a verlo directamente — Tú no usarás corbata.




— ¿no? — Negó — Por eso no la encontraba. — El castaño soltó una risa ante la confusión del menor — ¡ahh! Estoy muy nervioso, ¿y si Jay se arrepiente?.





— No lo hará Wonie, además si lo hace, yo mismo me encargaré de hacerlo sufrir. Hay que terminar de alistarte, en una hora más te casaras. — El menor asintió mostrando una gran sonrisa.



Sociedades Park - JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora