011

2K 232 109
                                    















¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Los dos días que Jay le había dado a Jungwon se habían vuelto eternos para el castaño, cada mañana cuando entraba a su oficina y notaba el escritorio del mas bajo vacío o no recibía un, "Buenos días Señor Park, en un momento llevare su café", se sentía solo. Admiraba el profesionalismo con el que Jungwon trabajaba, esas dos noches no pudo dormir imaginando todo lo que paso el pelinegro por su culpa, Jay se culpaba de aquello por no haber visto las señales en los que eran sus amigos, causando que él saliera dañado. 

Aquellos días había investigado mas a fondo sobre todo lo que había pasado, sobre como el mismo Yeonjun cada vez sacaba un rumor nuevo, sobre como Jungwon lloraba en la biblioteca, o como tiraban su almuerzo frente a todos, humillando al pobre chico. Jay lloro mucho esos días, su pecho se sentía reprimido mientras su corazón dolía con cada historia nueva sobre lo que paso, quería correr lo más rápido posible e ir a abrazar al pelinegro, arrodillarse y pedirle perdón de todas las maneras posibles, rogarle que perdonara lo estúpido que había sido al no darse cuenta, por no haberlo podido proteger. Quería regresar el tiempo y evitar que su dulce chico fuera lastimado de esa forma, quería guardar al mas pequeño en una cajita de cristal para que nada ni nadie lo lastimara, quería que Jungwon lo volviera a amar.

Jay quería muchas cosas, pero, no haría ninguna de ellas, se prometió así mismo no hacerlo.

Yuna tenía razón en algo, solo atormentaría al mas bajito con el pasado.

Así que guardo todas las ganas que tuvo de llorar al momento de que las puertas del ascensor de abrieron dejando ver al pelinegro en su silla habitual mientras organizaba algunos papeles, realizaba algunas muecas de vez en cuando, una vieja costumbre que tenía. Paso por su lado saludando como cada mañana y entrando a su oficina donde por el cristal transparente pudo ver la espalda de Jungwon quien seguía en completa concentración realizando sus actividades. 



Las horas pasaban y cada vez notaba el sol en una ubicación diferente, pero él seguía en el mismo lugar, en el mismo escritorio observando por el mismo cristal, a la misma persona. 



Los pies de Jungwon se levantaron girando en direccion a la oficina de su jefe, quien fingio demencia cuando el de cabello negro entro. 



— La señorita Yuna llamo para confirmar su asistencia a su boda — La dulce voz de Jungwon saco a mas alto de su demencia fingida.







—¿debería asistir? — Jungwon asintió — Iría solo



— Puede llevar algún acompañante — tanto los ojos de Jay como los de Jungwon se encontraron.



— No conozco a nadie que quiera ir con un amargado como yo, mi mayor vida social es la empresa — El mas bajo quiso reir — Solo te conozco a ti y a Wonyoung, pero ella no iría ni aunque le pagaran, así que, no iré. — Jay podría jurar que noto al pelinegro decepcionado. 





Sociedades Park - JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora