corazón sin voz

recuerdos del ayer

En los recuerdos del ayer, en la bruma del tiempo perdido,
se ocultan las huellas de un pasado que se ha ido.
Entre susurros de nostalgia y suspiros de melancolía,
se teje el tapiz de la vida con hilos de alegría y agonía.

En el álbum de los recuerdos, las páginas amarillentas narran
historias de amores perdidos y momentos que nunca se olvidan.
El aroma de la infancia, la risa de aquellos que ya no están,
son tesoros que atesoramos con devoción en el corazón.

Caminamos por calles empedradas, bajo el sol del atardecer,
rememorando aventuras vividas en lugares que solíamos recorrer.
Los rostros que ya no vemos, las voces que se desvanecen en el viento,
son como estrellas fugaces que brillan en el firmamento.

En los recuerdos del ayer, encontramos refugio y consuelo,
en los momentos felices que iluminan nuestro anhelo.
Aunque el tiempo avance inexorable, y el pasado se desvanezca en la distancia,
siempre conservaremos en el alma la esencia de nuestra existencia.

Así, en los recuerdos del ayer, hallamos la verdadera riqueza,
en las vivencias compartidas y en las lecciones de la naturaleza.
Porque en cada instante vivido, en cada emoción experimentada,
se graba en lo más profundo de nuestro ser la esencia de nuestra jornada.