Prólogo

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Se podría decir con total seguridad que no tenía buena suerte, teniendo 14 años de su propia vida para confirmarlo y asegurarlo.

Iruma Suzuki, un adolescente que es obligado a trabajar en un buque atunero, sus padres siendo escoria le obligan a mantenerlos.

Ahora mismo estaba en apuros ya que fue dejado solo en las cargas de atunes y fue amenazado por su jefe de que si dejaba que alguno de los atunes cayera se le reduciría su sueldo, algo que no podía permitir que pasara, pero nada pudo hacer cuando comenzaron a caer. Estaba tratando de escapar de los atunes grandes pero su vio rápidamente acorralado de atunes pronto, uno de esos grandes peces estaba ya cerca de caerle encima cuando paso lo mas extraño hasta ese momento, todos los peces que caían se detuvieron en el aire.

Antes de que pudiera preguntarse que estaba pasando el lugar se volvió oscuro y noto como ahora tenia cuerdas atadas al rededor de su cintura reteniendo sus brazos en el proceso y como si fuera algo casual un hombre extraño estaba parado enfrente suyo y le lanzo una pegatina de vendido.

Trato de preguntar que pasaba pero no entendió nada cuando le respondieron hasta después de un chasquido que fue confirmado como un hechizo para que entendiera el idioma. Presentándose como un demonio, Sullivan, quien lo llevaba al inframundo donde abundan los demonios, seres que pueden usar la magia por naturaleza. Lo peor de ello fue que le dijo que sus padres vendieron su alma, algo que aunque le gustaría decir que no era verdad, lo era, eran capaces de hacer algo así.

Fue llevado a una gran mansión donde entraron en un cuarto amplio pero vacío. Estaba molesto, no por el lugar eso era claro. ¿Quién vende la alma de su hijo por dinero? ¡Era su hijo! Así que con justa razón estaba ahí, despotricando del egoísmo de sus padres cuando el demonio le hablo de nuevo.

- Tienes razones para estar molesto por esto, pero no creo que sea bueno que cambies tanto - hablo para volver a chasquear sus dedos cambiando el lugar, donde estaba ahora ya no era el suelo sino un sillón y el lugar se veía mucho menos aterrador que en un inicio.

- ¿Quieres ser mi nietecito? - pregunto el demonio arrodillado frente suyo y tomando sus manos. Claramente no sabia como responder a algo así.

- Llevo mucho tiempo solito y siempre soñé con tener un nietecito, además de que me muero de envidia cuando mis amigos me presumen de sus nietos - hablo desesperado el demonio - te comprare lo que quieras, te matare a mimos, di que si, di que si ¿si? - presiono acorralando su cuerpo en la silla.

- pero ¿no me compraste? ¿puedo negarme? - pregunto confundido, si ya era pertenencia suya. ¿Por que preguntar? Solo debería ordenarle.

- respetare tu decisión, puedes decir que no - explico causando un shock en el menor que no podía creer lo que escuchaba, en toda su vida nunca ha dicho que no, ni siquiera era una opción a tocar... en ninguna situación, aun si no se lo piden... nunca pudo decir que no.

Pero estaba bien que se negara. ¿No? ¿Quién no lo haría en una situación así? - Sin embargo, por eso te lo pido de todo corazón, te lo ruego, piensa en este viejo moribundo, Iruma-kun. ¡por favor! - suplico y con ese blando corazón que llevaba no pudo negarse, el demonio había usado palabras a las que nunca podría resistirse - por favor, te lo ruego, ayuda -.

Así que termino sellando el documento para hacerlo posible, ahora era el nieto de un demonio y el demonio no podía estar mas que feliz bailando con el documento mientras el solo podía desesperarse. ¿Qué implicaba ser nieto de un demonio?

- Una vez eso ya resuelto - el demonio transformo la habitación en un dormitorio con un chasquido de nuevo - como mi nietecito, te daré comida, ropa, refugio  - volvió a chasquear esta vez cambiando su ropa - y educación - era un uniforme azul, con un corbatín rojo que le quedaba perfecto -  estas perfecto ¡que mono! - empezó a emocionarse.

- Te matricule en una escuela demoniaca. - Informo sorprendiendo al menor. ¿Habían escuelas demoniacas? - tus padres te obligaron a trabajar desde pequeño y nunca pudiste asistir a una escuela. ¿Verdad? Pero descuida ya me hice cargo de todo el papeleo. ¡Por algo soy tu abuelito! - su mente apenas podía recibir toda esa información.

- ¿abuelito? - repitió al ser lo mas resaltante.

- ¡que bien suena abuelito! saquemos una foto en tu primer día, no te preocupes nadie sabrá que eres humano ya que si eso pasara tratarían de devorarte - hablo como si no fuera nada.

- ¿me devoraran si descubren que soy humano? - pregunto en pánico, antes de ser bañado por su abuelo de un liquido extraño.

- con ese perfume nadie lo notara - explico animado - que alivio que seas un buen niño - camino hasta unos libros que empezó a clasificar - si te hubieras negado no hubiera tenido de otra que comerte para la cena - se volvió sombrío de la nada, pero sobre todo aterro al peliazul. Lo que cambio de inmediato para volver a verle - bueno, esta es ahora tu habitación - le aclaro.

- ¿mía? - pregunto incrédulo, nunca tuvo algo así de grande solo para el.

- como mañana es tu primer día deberás levantarte temprano, así que procura dormir bien. Buenas noches. - Se despidió retirándose de la habitación antes de que pudiera preguntarle u objetar.

Cerro la puerta y se quedo ahí solo, en una gran habitación que ahora era suya... La primera que tenía solo para él. Aún aturdido se vistió con una piyama y dejo su nuevo uniforme en una silla, pensando que esto parecía ser un sueño, uno muy extraño.

Se durmió pronto, tal vez por el cansancio del trabajo o tal vez por todo lo vivido. Pero cuando la mañana llego se levanto cómodo, en esa mullida cama, reviso el cuarto notando que en verdad, no era un sueño.

La puerta fue abierta sin previo aviso, su abuelo entro animado - Iruma-kun. ¡Buenos días! ¿Has dormido bien? - le pregunto suavemente.

Era extraño todo esto pero decidió seguir con lo que ya había hecho. Le sonrío a su ahora abuelo asintiendo, pero antes de que pudiera hablar fue abrazado.

Extrañado por este nuevo acto miro al receptor de ese tacto, un hombre alto de cabello rojo lo tenía entre sus brazos y aunque fuera extraño no se sentía extraño con el tacto. No muchas veces lo habían abrazado... ni siquiera había tenido un tacto muy amplio con otros, mayormente eran agarrarse de las manos, lo que era un saludo común, pero esto era nuevo, caliente y cómodo, se sentía bien.

- ¿Opera? - pregunto su abuelo.

- es mi hijo - dijo el pelirrojo aferrando su cuerpo al pecho contrario.

Y efectivamente, nada tenia sentido, esto no podía ser posible. ¿Acaso esto no podía ser mas extraño?

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Al fin una historia de un anime que adoro (me estoy leyendo el manga así que puede que use algunas cosas que se ven ahí y no en el anime).

SIn mas que decir, hasta un proximo capitulo!!!!!!!!!!

Hijo demoniacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora