terapia

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No conozco el infierno,
pero debe ser lo más parecido a un duelo.
Se que estoy hecha de cenizas, porque el dolor algo en mí ha quemado. También estoy hecha de sonrisas, que tapan muchas veces el rostro que ha llorado.
La angustia en mí es como un monstruo que crece de a poquito, pero es a la vez infrenable.
Salí de terapia más desarmada de lo que entré, igual sabiendo que estaba rota.
A veces apago la luz, para poder dormir, y otras, desearía apagar la luz del alma y descansar en paz.
Ya no se trata de sensibilidad, sino de dolor, de angustia, de sentir que es más tiempo el que se permanece en el suelo en cada caída. Me gustaría poder transitar conmigo de la manera más sana y empática posible, pero es difícil serlo con todas las partes de mí, mí yo adulto es consciente y se culpa por no haber estado para cuidarme cuando lo necesité. Por suerte me cuido ahora, se que si opacara esto con alcohol u otras cosas, quitaría toda esencia en mí de querer defenderme y caminar aunque sea a pasos lentos cada día.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2024 ⏰

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