Ante esto, Penélope frunció el ceño.
-¿Consecuencias? – repitió incrédula – No entiendo de que...
-No – la detuvo Colin apuntándola con el dedo de manera acusatoria. Su control pendiendo de un hilo – No digas que no entiendes de que estoy hablando.
Ella se cruzó de brazos.
-Pues que mala suerte para ti, Colin. Porque la verdad es que no, no lo entiendo – le respondió ella sin inmutarse ni titubear – Y deja a James fuera de lo que sea que.....
-¡Alto ahí, Penélope! – la interrumpió él por segunda vez, mirándola fijo casi como un depredador. Penélope se calló de inmediato – Que acabas de decir – soltó sin querer que fuese una pregunta.
Pese a que su actitud y su postura actual le estaban generando unos terribles escalofríos, Penélope sacó valor de alguna parte de su cuerpo y respondió de la forma más segura que pudo:
-Dije, y cito, que dejes a James fuera...
-Quién demonios es James – demandó saber Colin entre dientes apretados, dando un paso hacia ella sin dejar de sostener su mirada.
Penélope pestañeó varias veces mostrándose confusa.
-Pues Lord Debling, Colin – le señaló ella de manera obvia – No recuerdo que hayas mencionado a nadie más.
Fue como si un balde de agua fría hubiese caído sobre la cabeza de Colin justo en ese momento. Su cuerpo, lleno ahora de pesados músculos, poco a poco comenzó a sacudirse de lo que él supo de inmediato que era ira. Una ira cegadora, terrible que hasta él se sentía asustado de ella.
No podía creer lo que había escuchado. Su mente no reaccionaba. Eso no. Solo él. Penélope no tenía un solo derecho de llamar por su nombre a otro hombre que no fuera él.
-James – repitió su nombre de forma sombría, con un timbre bajo e incluso siniestro. Jamás, en todos sus años de existencia, un simple nombre le había parecido tan despreciable – Y te atreves a llamarlo por su nombre.
Penélope puso los ojos en blanco al captar el evidente tono de amenaza en su voz. Esto no podía estar pasándole.
-No empieces – le advirtió ella – Tu y yo nos llamamos por nuestros nombres todo el tiempo y no he visto que inicies un escándalo por ello.
-Pues eso es diferente – le rebatió él, desviando momentáneamente la mirada.
-¿Por qué? ¿Por qué eres tú? – le cuestionó ella tratando de no perder los estribos.
-Si, Penélope, porque soy yo – le contestó Colin de forma seca y como si quisiera poner un punto final a todo eso – No es como si tu y yo nos hubiésemos conocido ayer.
Penélope lo miró casi indignada.
-Esto es ridículo – declaró – No tienes ningún derecho.
-Pues para tu mala suerte lo tengo porque somos amigos – el soltar la palabra amigos resultó ser más difícil de lo que Colin creyó que sería. No, ya no se sentía bien decirlo.
Penélope entonces le alzó una ceja.
-Ah si, se me olvidaba – le respondió ella en un tono que Colin supo, solo supo que lo que sea que le fuese a decir, él iba a odiarlo – Es porque soy Pen, tu amiga y no cuento, ¿cierto?
Entonces, Colin entrecerró los ojos sin poder creérselo. Su instinto había dado en el clavo. Buen Dios, pensó, ¿de verdad había sido tan idiota todo este tiempo? ¿Cómo era posible que su voz tuviese esa capacidad de conjurar atrocidad tras atrocidad sin darse cuenta? Pero lo peor sin lugar a dudas no era eso, sino el escuchar sus propias palabras siendo recitadas a la perfección por ella en ese tono acusador y con toda la intención.
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Tormentoso Escándalo
FanfictionSe suponía que ese sería un día tranquilo, o al menos eso era lo que Colin pensaba. Cuándo el globo de la feria en Mayfair se sale de control, el caos explota a su alrededor y no solo por el posible accidente que puede ocurrir, sino por una cierta c...