Al principio meter a un completo extraño a su casa, sonaba como una locura, pero habían pasado dos semanas desde que Apo había llegado y las cosas marchaban demasiado bien.
Mile se sentía cómodo con su nueva "compañía" odiaba admitir que era agradable con quien platicar o simplemente verlo rondar por la casa.
Aquella tarde, Mile bebía tranquilamente una taza de té en el jardín mientras observaba a Apo quien se encontraba cortado la maleza de algunos arbustos para que estos lucieran aún más bellos.
Mile comenzó a divagar en sus pensamientos, era algo habitual en él, pensaba tantas cosas y nada a la vez, su mente era terriblemente ruidosa, cerro los ojos y trato de buscar dentro de él, respiro con tranquilidad y se mantuvo quieto por algunos largos minutos, hasta que finalmente todo en su cabeza se volvió silencioso.
Abrió los ojos encontrándose con los profundos ojos marrones de su trabajador. Lo miraba de manera confundida y a la vez preocupante.
—¿Se siente bien joven Mile?
Pregunto sin más.
—Lo estoy...
—Pensé que tenía algún tipo de malestar...
—No, estoy bien.
Apo solamente asintió y volvió a sus labores.
En ese tiempo, Mile había aprendido varias cosas de Apo.
Número uno, siempre se veía tranquilo. Número dos, le encantaba su comida. Número tres, cuando lo veía quedarse quieto y cerrar los ojos, se acercaba a preguntar si todo estaba bien; Apo era demasiado curioso. Número cuatro, Venia de una familia muy humilde y era fácil de sorprender. Número cinco, era un trabajador diligente al cual no le importaba realizar quehaceres domésticos.
Ciertamente, era un hombre bastante extraño.
De igual manera, Apo tenía claras algunas cosas. Su nuevo jefe era un hombre demasiado rico, que disfrutaba de su soledad, también hablaba solo en algunas ocasiones, cuando Apo lo escucho la primera vez, realmente pensó que estaba poseído, pero solamente tenía una discusión con uno de sus muebles. Era muy amable, y su comida le recordaba a la de su madre, seguramente tenía insomnio ya que algunas veces lo había escuchado en la madrugada tocar el piano y deambular por la casa. Pero de algo estaba completamente seguro; Mile no era una mala persona, no entendía por qué la gente lo odiaba.
Cuando la noche había caído, Mile y Apo se encontraban en la cocina recogiendo todo después de haber disfrutado de una exquisita cena.
—La próxima primavera, su jardín va a lucir más hermoso de lo que es. Téngalo por seguro.
Comento Apo mientras lavaba la fina vajilla.
—Suena maravilloso... Y todo gracias a ti Apo.
Apo sonrió y siguió con su trabajo.
—¡Cierto joven Mile! Lo olvide por completo—recordó—Me dijo el hombre que vende telas que hoy le llegarían nuevas... Lo lamento, olvide decirle.
—¿Hoy? ¿Estás seguro?
—Si... me dijo que el 14 de junio... es hoy. Pero no lo recordé.
Mile dejo sobre la mesa de la cocina la jarra que tenía en las manos, haciendo un fuerte ruido.
Apo se giró a mirarlo y se encontró con un sombrío Mile, su ceño estaba ligeramente fruncido y sus labios estaban en línea recta, parecía molesto o quizá triste.
—Mañana a primera hora yo iré...
—Descuida—comento el pelinegro—Creo que iré a acostarme. Buenas noches Mile.
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Anhelo- MileApo
FanfictionTe pertenezco más a ti, que a mi mismo. Tómalo todo. Toma todo de mí, pero antes júrame que no me veré en el suplicio de anhelarte. Adaptacion fiel a mi novela Anhelo- LarryStylinson