Doyoung permaneció en su habitación alrededor de una semana. Los chicos intentaban de todo para llamar su atención, pero no lograban hacer que se moviera un solo centímetro. El único que podía entrar a la habitación era Key, porque su deber siempre sería cuidar de la salud del pelinegro, mucho más después de que lo sedaran de esa manera.
El problema no era tanto el dolor, sino el hecho de que se sentía como un animal salvaje en cautiverio. La UNIT lo mantenía con vida porque eran consientes de que algún día podría servir como arma mortal, era cuestión de tiempo para que le dieran misiones donde se vería obligado a quitarle la vida a muchas personas, dejando destrozadas a numerosas familias.
Justo como lo hicieron con el.
No quería eso.
Perdió la cuenta de todas las veces que soñó con escapar de ese lugar y empezar su vida muy lejos de todos los malos recuerdos. También perdió la cuenta de todas las veces que los científicos lo obligaron a quedarse quieto mientras le inyectaban miles de sustancias extrañas que le causaban malestar durante semanas enteras.
¿Podía seguir viviendo con el mínimo de esperanza?
—No busco irrespetar tu privacidad —habló Taeyong al otro lado de la puerta. —Necesito hablar contigo, y si no me abres la puerta, entraré por un portal.
El pelinegro no se movió de su lugar, solo observó de reojo el destello verde que producían los portales, escuchando un par de pisadas acercarse a su cama. Apretó la almohada que estaba entre sus manos al momento de sentir que el colchón se hundía.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Taeyong, acercando su mano a los cabellos del menor, jugando con ellos. —Doyoung, ¿qué te hicieron?
—Estoy bien —respondió, con su mirada fija en los ventanales. —No es necesario preocuparse, solo estaba descansando. Usar mis habilidades me desgasta demasiado.
—Mírame —Taeyong tomó el rostro del pelinegro con una de sus manos, haciéndolo girar en su dirección. —Yo ya he visto estas cosas antes, créeme, te entiendo más de lo que imaginas.
—No se de que estás hablando —Doyoung se colocó de pie casi de inmediato, aún con su almohada en manos, siendo seguido por Taeyong.
—Mi mamá —interrumpió. —Ella era científica de la UNIT y hace unos años atrás tuvo un accidente con una de las sustancias que preparaban. Sus habilidades se salieron de control y le colocaron un collar parecido al tuyo, también la mantuvieron en una habitación, aislada de nosotros. Donghyuck era muy pequeño como para recordar, pero yo hasta el día de hoy sigo soñando con sus gritos de dolor y todas las veces que mi padre me prometía que pronto podría estar con ella... No sé que tanto te han estado haciendo, pero puedo comprenderlo mejor que nadie, porque por culpa de estos procedimientos yo ya no pude ver a mi mamá.
Las palabras de Taeyong ocasionaron un malestar en Doyoung. Sabía que la UNIT no tenía corazón y que harían cualquier cosa con tal de obtener a los escuadrones más completos, pero no le gustaba pensar en todas las pobres personas que habían muerto a causa de ello. La historia de la madre de su compañero le recordaba demasiado a su propia situación, a los horrores que había tenido que vivir bajo el dominio de la UNIT.
Apretó con fuerza la almohada entre sus brazos, como si fuera un ancla que lo mantenía conectado a la realidad. No quería volver a esos recuerdos, a esa sensación de ser un experimento, de ser deshumanizado y obligado a hacer cosas que iban en contra de todo lo que él era.
—Ellos... —habló en un susurro, sin atreverse a mirar a Taeyong a los ojos. —Yo no pude detenerme, era como si mi cuerpo se moviera por sí solo. Y cuando volví en si, había sangre por todas partes y el estaba muerto, frente a mí.
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UNIT
FanficNadie es capaz de escoger a sus padres al momento de nacer, ¿por qué habrían de juzgarlo por errores que cometieron ellos?