Interrupción

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Veneer estaba huyendo de él.

Al principio pensó que había hecho algo mal y lo había molestado. Su corazón dolió, quería disculparse y regresar a la relación que tenían, incluso a la de antes de aquel beso si es que se arrepintió de alguna manera en lo que se estaban involucrando. Pero cuando logró tomarlo de la mano y pedir perdón de manera apresurada, Veneer se mostró confundido, respondiendo que no había hecho nada malo y mucho menos estaba molesto. Floyd iba a preguntar acerca de su comportamiento cuando el otro chico besó su mejilla antes de lograr zafarse de sus manos y alejarse apresuradamente. Una vez se alejó unos metros, Veneer se giró para verlo antes de sonreír con coquetería y guiñar un ojo.

Ahí supo que simplemente estaba jugando con él.

No sabía si era algo propio de los mount rageon o algo particular de Veneer, pero se vió envuelto en un juego de gato y ratón. La dinámica parecía en consistir en que el ratón se acercaba peligrosamente al gato haciéndole creer que estaba a su merced y que, cuando sentía que iba a ser atrapado, corría rápidamente a esconderse a su madriguera, dejando a un gato alborotado y cayendo poco a poco en una desesperación. Sin duda alguna un coqueteo bastante particular en el que tendría que estar atento para por fin lograr atrapar al ratón.

Floyd estaba terminando de quitarse los puntos blancos que marcaban su rostro con una toallita desmaquillante, habían grabado sus escenas finales y únicamente faltaban las escenas donde su personaje se mantenía cautivo, los cuales iniciarían dentro de dos días.

Desde el espejo pudo observar que Veneer se encontraba sentado cómodamente en el sillón con la espalda en la en una de las esquinas del respaldo y con el codo izquierdo apoyado en el reposabrazos, el dedo pulgar de esa mano deslizaba perezosamente la pantalla de su celular; sus piernas estaban arriba del otro reposabrazos, dejando caer sus piernas desde la rodilla. Había optado ponerse unos tenis blancos con unos pantalones tipo palazzo negros con algunas finas cadenas colgando, una playera negra pegada a su piel de cuello alto sin mangas y una sudadera crop holgada de un rosa pálido. Su cabello peinado hacia un lado, sus ojos delineados en negro y un labial rosa tan pálido que casi era imperceptible en sus blanquecinos labios.

Pensó con detenimiento.

—Aún me pregunto qué fue lo que los motivó para que este sea mi vestuario —comentó agarrándo la anormalmente enorme hebilla del cinturón mientras se veía al espejo.

—No lo sé, pero a mi me alegra la vista que sea así. —Veneer sacó un poco la lengua con una sonrisa juguetona. Floyd bufó divertido, ahí empezaba de nuevo.

—Me gusta tu ropa de hoy.

—¡Gracias! El suéter es nuevo, estaba inseguro si comprarlo o no.

—Te sienta muy bien, aunque a ti todo se te ve muy bien.

—Jo, ¡qué coqueto eres! —Floyd negó.

—No es coquetería, es la realidad.

—Hmm… —Veneer lo miró con una sonrisa suave y un rubor. Ahí estaba la primera parte. Ahora Floyd caminó a un lado del sillón para recoger su bolso con sus pertenencias.

—Igual el labial te queda bien, no recuerdo que usaras uno cuando fueron las lecturas de guión —Se acercó casualmente a Veneer, modulando su voz para que se escuche lo más natural y sin malicia posible, con pura honestidad sin segundas intenciones.

—¡Ah! No, antes no usaba ninguno —confesó mientras abría la cámara frontal de su teléfono y miraba su aspecto—, pero no sé, me gustó de alguna manera… aunque no estoy seguro si es buena opción los colores muy diferentes a mis labios.

—¿Por qué no? Te pusieron un verde vibrante al igual que tu cabello y te veías espectacular. —Se acercó para poder “ver mejor” la imagen del teléfono.

—Ya, pero no sé si para el día a día estaría bien. —Floyd apoyó su cabeza suavemente contra la de Veneer mientras su mano se posó en el hombro del otro.

—No le hace daño a nadie, así que si te gusta simplemente úsalo. —Cuando Veneer se dió cuenta de la cercanía y las dobles intenciones de las acciones de Floyd fue en el mismo momento en el que el otro lo tomó fuertemente de la barbilla.

Ya era demasiado tarde para reaccionar. Floyd le giró la cabeza y le dió un beso en los labios.

—Te atrapé, ratoncito —dijo con una sonrisa de victoria. Veneer parpadeó sorprendido de lo que pasó.

Oh… Ya perdió.

Cuando vió y escuchó la melodiosa risa de Floyd quedó maravillado, y cuando frotó su nariz contra la suya sintió que su pecho se desbordó, tanto que no pensó sus acciones cuando se abalanzó al otro cuando este se alejó. Estampó sus labios contra los de Floyd mientras sus brazos le rodearon el cuello y lo jalaron hacia su persona; Floyd por su parte tuvo que agarrarse con una mano del respaldo para no caer sobre Veneer, más una vez estuvo estable no dudo en agarrar la cintura del otro y disminuir el espacio entre los dos.

Lástima que el ruido de la puerta abriéndose los sacó de su pasión en crescendo.

Ambos voltearon a ver al lugar, viendo a Branch parado con la puerta a medio abrir.

El silencio reinó unos segundos antes de que Branch hablara:— Olvidé decirle algo a Poppy, ya regreso. —Y cerró la puerta.

Floyd pudo ver desde el rabillo del ojo como la cara de Veneer se pintó de vergüenza

—¿No vas a continuar? —preguntó con picardía y una risa atorada en la garganta.

—Fue un momento de debilidad —dijo Veneer rápidamente, escondiendo su rostro con el celular—. Mejor cámbiate y vamos a cenar.

Floyd simplemente le dedicó una sonrisa divertida llena de cariño antes de darle un beso en la mejilla e ir a hacer lo que le pidieron.















—¡Velvet! ¡Velvet! ¡Floyd al fin pudo descifrar el juego de cortejo!

—... A veces me pregunto si de verdad somos hermanos.

Bésame, Bésame MuchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora