Cuarentena, toque de queda, epidemia... revolución; eran palabras se escuchaban en la boca de todos durante los últimos días. La violencia en las calles había aumentado drásticamente, asesinatos eran presentes día a día, hora a hora, minuto a minuto. Nuestra ciudad había sido infestada de un crimen tan horrífico en lo que parecieron ser instantes; a tal punto, que el gobierno federal había mandado policía militar para resolver esta epidemia de terror. Hasta ahora las cosas iban bien, relativamente. Había una restricción en cuanto a salir de noche, el transporte público tenía un límite de personas a bordo y los locales comerciales de igual modo solo podían tener a un número máximo de personas dentro de ellos al mismo tiempo. Esto me recordaba muy levemente a la epidemia de influenza de hace unos meses, de la misma manera cuando varias zonas de la ciudad fueron bloqueadas. Aunque en mi escuela aún asistíamos la mayoría de los alumnos, la falta de personas ya se comenzaba a hacer presente. Algunos lamentablemente habían sido atacados en las calles durante algún día, y el resto se habían barricado en sus casas por miedo al exterior.
Los que quedábamos aquí realmente era por obligación. El semestre estaba a punto de concluir y los trabajos y exámenes estaban a su fecha límite. Literalmente era hacer o morir en algunas ocasiones... por muy atroz que sonara la expresión. En mi caso, ya estaba libre; había conseguido entregar todos mis proyectos y exámenes antes de tiempo. Di como excusa que tenía que ir a visitar a familiares en el extranjero en estas fechas, y de alguna manera aceptaron que los entregara tempranamente. Suerte para mí, pues hoy era el último día que estaría aquí antes de tomarme vacaciones. Solo tenía que entregar una investigación a una profesora y ya me podría ir.
Entré al despacho de tutores y me acerqué a la oficina de la profesora, iba a tocar la puerta pero un sonido de conversación me detuvo; era otra alumna ocupada con ella, por lo que decidí no pasar. Suspiré, y sin realmente quejarme, me senté en una silla a la entrada del despacho. Junto a mí había unas cuantas personas más, todas tenían un aspecto enfermo; su piel pálida y ojeras pesadas me hacían pensar que todos se encontraban resfriados... aunque también podría ser la presión de esta temporada académica.
—¿Ye-ihns, cierto? —una voz a mi derecha parecía llamarme.
Volteé a verla sin mover mucho mi cabeza. Era una chica de cabello rubio corto. No me ponía atención a mí, de hecho, parecía que no notaba mi existencia.
—Sí. Su voz es tan bonita, me derrito de cómo canta. Además sus pasos son extra originales.
—¿Estaban hablando de mí? —Me pregunté por un momento mientras regresaba mi mirada al folder en mis manos. Lo dudaba extremadamente, tal vez se trataba de un actor o cantante extranjero. Después de todo, mi nombre no es muy único que digamos. Además, si algo no sabía hacer, era cantar y bailar... por alguna razón me avergonzaba un poco pensar que estuvieran hablando de mí.
—¡AYUDA! ¡POR FAVOR ALGUIEN AYUDEME!
Un grito espantoso sacudió el lugar. El origen parecía desconocido al inicio pero, al reconocer aquella voz, supe que se trataba de la profesora a la que le entregaría mi proyecto. Hubo un momento en que nadie hizo nada, segundos en los que no sabíamos que pensar. Pero conforme el lugar se llenaba de gritos de dolor y golpes de muebles, varias personas se acercaron rápidamente a la oficina de la profesora, yo incluido. De inmediato abrimos la puerta y entramos al lugar. Una chica se encontraba sobre la profesora, lanzando golpes de manera descontrolada; la profesora mantenía una carpeta de plástico en sus manos, bloqueando los ataques de la chica. Sin dejar que pasara un momento más, dos chicos y yo nos acercamos a ella y alejamos a su atacante, y mientras la profesora se incorporaba rápidamente, yo dejé el proyecto sobre su escritorio, dándome libertad de usar ambas manos.
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En un Mundo Olvidado || Historia de Apocalipsis Zombie
General FictionEn un Mundo Olvidado es la adaptación de una audioserie de Youtube. Una historia apocalíptica centrada en la evolución de los personajes y sus formas de pensar; ambientada en una ciudad aparentemente desolada, nuestro protagonista, James, debe sobre...