P A R T E 8

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Algo en el aroma de mi alrededor era diferente, olía a cloro, me entró un extraño sentimiento de familiaridad, había algo en este olor que me recordaba a algo, abrí mis ojos lentamente, la luz era casi cegadora, lo primero a mi vista fue el pulcro y blanco techo, eso me hizo casi querer levantarme de un salto; sin embargo, mis piernas no respondieron; de hecho, ninguna parte de mi cuerpo lo hizo, era como estar en coma, como si mi cuerpo no fuera totalmente mío y una parte de mi control sobre este se haya quedado con Jeff.

-Mamá...- Apenas pude articular, intenté buscarla mirando a mi alrededor, allí estaba, dormida en la silla a mi lado sosteniendo mi mano firmemente, como si tuviera miedo de que volviera a desaparecer, y a decir verdad, tenía miedo de que fuera un sueño como todos los que había tenido, sentía esto casi irreal.

Sentí un nudo en la garganta y casi al momento comencé a llorar, mis lágrimas calientes ardían en mis ojos, seguro salían asi por lo deshidratada que me encontraba, apenas sentí que mi mano respondía la alcé para tocar la mejilla de mi madre.

-Mamá.- Volví a repetir ahora un poco más alto.- Mami...

Mi madre abrió los ojos lentamente, y al notar mi mano en su rostro se incorporó de inmediato.

-Selena...- No se midió cuando casi se lanzó encima mío para abrazarme con fuerza, no dije nada, solo la dejé ser aunque me lastimaba un poco, al sentirla así sabía que esto era totalmente real, había salido de la cabaña, había dejado atrás todo eso; pero...

-Mamá, ¿Dónde está el chico que estaba conmigo?

Se separó de mi en un microsegundo, el brillo en sus ojos desapareció y comenzaron a aguarse probablemente porque lloraría.

-Sel... esa cosa no es un chico, es un monstruo

***

-Las costillas siete y ocho están casi deshechas, de milagro no perforaron algo importante, el hígado está muy lastimado, es casi como si el sujeto hubiera saltado sobre su cuerpo un par de veces, tiene un severo golpe en el cráneo, sin contar que su pómulo está suturado podemos decir que fue a puño limpio, en sus exámenes de ginecología muestra rastros de semen que coincide con el atacante, si me equivoco en algo puede señalarlo señorita...

Miraba las radiografías frente a mí, los policías se encontraban a mi alrededor, mi madre seguía sosteniendo firmemente mi mano y ví a mi padre mirar a otro sitio tomándose el puente de la nariz incapaz de mirar todo el daño que me había hecho Jeff, miré por un momento a la oficial de mi derecha, ella era quien me había sacado de la casa, leí su placa "Silki", miré al oficial del otro lado, no me molesté en verlo mucho ya que su mirada pesada sobre mi me hizo volver a bajar la mirada.

-Selena, los oficiales necesitan saber si el doctor no notó algo, ¿Hay algo más que te haya hecho esa bestia?

Miré a mi madre, sentía pena por ella, sus ojos solo mostraban sufrimiento y cansancio, se veía más delgada y ojerosa de lo que recordaba, nunca había estado tan demacrada como en ese momento, su cabello se veía opaco y sin maquillaje se notaba su piel pálida y amarillenta, era como si ella hubiera estado encerrada conmigo en la cabaña.

-No es una bestia mamá.- Apenas pude decirlo, mi garganta estaba muy seca y sentía que mi voz iba y venía.- Jeff no me quería lastimarme, él solo necesita ayuda profesional.

Al escuchar mis palabras mi mamá solo pudo mirarme con asombro y miedo, quitó su vista de mi para mirar a la pared más cercana y soltar un lastimero llanto, como si no pudiera creer que su hija que estaba más muerta que viva, defendía a la persona que la había hecho pasar un infierno... pero no podía evitarlo, no quería más pelea, más violencia, más acusaciones, estaba cansada.

L O V E ( Jeff the Killer 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora